El CD Toledo no pudo traerse ningún botín en su difícil salida a Melilla, donde los pupilos del ‘Cholito’ Merino alternaron momentos de luces y sombras, al igual que todos los conjuntos que debutaron en esta extraña división llamada Segunda RFEF, y en este anárquico Grupo 5 en particular. De los nueve resultados de la primera jornada, tan sólo dos se resolvieron por más de un gol de diferencia, llegando todos los goles pasado el minuto 79 y dejando los tres puntos en el equipo de casa. El resto, cuatro empates en los que dos de ellos llegaron en el descuento, y tres nuevas victorias locales por un gol de renta. Ningún visitante se llevó los tres puntos.
Esta igualdad de fuerzas inicial demuestra que ningún equipo, ni los de escandalosos presupuestos ni los patitos feos, tienen tomado el pulso a la categoría, por lo que los que primero lo hagan tendrán mucho ganado.
El CD Toledo debe ser fuerte en casa, y el Salto del Caballo debe ser una muralla llena de aficionados que aprieten desde el minuto 1. Sin embargo, ni jugadores ni aficionados deben cegarse por la necesidad imperante de lograr puntos lo antes posible, ya que esta competición es una carrera de larga distancia. Pensar que no hay otro resultado para el próximo domingo ante el Águilas FC que una victoria, puede hacer que las aguas comiencen a revolverse desde los primeros compases y si una de las dos partes (público o plantilla) comienza a impacientarse, irremediablemente contagiará a la otra y para eso aún no se ha inventado una vacuna milagrosa.
El equipo toledanista cuenta aun con bajas muy importantes, tanto atrás como arriba, y hasta que el equipo esté al completo y pase un número importante de encuentros, no debería ser juzgado. Es momento de acoplamientos de sistemas, jugadores, sintonías, sinergias y adaptación al medio y a la nueva categoría.
Este es un problema que, como he mencionado anteriormente, van a tener todos los conjuntos de este Grupo 5. Debe ser Diego Merino el que ante el Águilas FC decida si su equipo debe ser protagonista o resguardarse atrás y esperar el devenir de los acontecimientos. Haga lo que haga, es y será el responsable directo de tomarle cuanto antes el pulso a una categoría que te dejará cometer pocos errores, como se vio el pasado domingo.