Jorge Jaramillo

Mi media Fanega

Jorge Jaramillo


Pelos en la gatera

19/07/2021

El primer envite del Gobierno y las comunidades autónomas para redactar la versión definitiva de la próxima PAC deja, por sorpresa, muy pocos avances al esperado acuerdo. Quizás lo vio venir desde primera hora el Ministro de Agricultura, y quizás por eso, en el arranque de la reunión sectorial, advirtió a la prensa de que ese día «no se aprobaba el Plan Estratégico, sino los parámetros políticos» para avanzar en la configuración.
Se empeñó sin embargo en transmitir una imagen de unidad, y pidió a los consejeros autonómicos un generoso posado fotográfico en la escalinata del edificio de Atocha que, pese a las mascarillas, transmitía serenidad, supuesta alegría, buen rollo por reanudar las conversaciones después del eterno debate en Bruselas, e incluso colegueo. Luego sucedieron ocho horas de reunión, con parada técnica para almorzar, intento de votaciones pero abortadas finalmente, para ‘acordar’, según explicó en una segunda comparecencia Luis Planas que todos estaban dispuestos a negociar sobre la base presentada. Asegura que «por unanimidad o asentimiento» las regiones le dijeron que la discusión, pese a las diferencias, «iba por buen camino».
Para Castilla-La Mancha hay avances sustanciales en la garantía por ejemplo de que «ningún agricultor, por pequeño que sea, se quede fuera del sistema» -como ha repetido en varios momentos Francisco Martínez Arroyo-, o por la subida de las primas a los jóvenes incorporados y especialmente a las mujeres, pero en el tono del Consejero se adivina malestar al ver cómo se aleja su propuesta de reducir de cincuenta a cinco o seis regiones, el futuro mapa de reparto de las subvenciones para poder avanzar así más rápido hacia la deseada convergencia en los pagos directos. Explica que son muchos los beneficiarios de la comunidad que soportan un injusto agravio comparativo desde la última reforma con respecto a productores de otras regiones cuando hacen la misma actividad. Y repite que esa injusticia debe solucionarse.
Pero Luis Planas rebate con el argumento de que el patrón debe causar los menores trastornos posibles al conjunto de los perceptores y que el Plan «debe ser una plantilla común» en ayudas directas y de desarrollo rural. Estoy seguro de que tendrá de frente al consejero castellano-manchego como se intuye en sus primeras valoraciones al calificar la propuesta como «insuficiente, poco ambiciosa y poco valiente». El ministro responde con tímida ironía, aunque sin dar más importancia a los adjetivos- que la expresión valentía «de alguna forma provoca…cuando el problema es más de inteligencia, equidad y visión de futuro». Y defiende así un máximo de 20 áreas de reparto y no muchas menos inicialmente.  «De la noche a la mañana no se pueden variar radicalmente los niveles de apoyo…todo tienen que ser períodos de transición y no quiero cambios bruscos». Tampoco desaparecerán las referencias históricas como base de cálculo, tal y como pretendía el gobierno castellano-manchego, «no se encuentra sobre la mesa» y avisa a navegantes de que quiere  «la máxima participación de las comunidades autónomas, pero esa participación no significa necesariamente una aprobación porque quiero tener una referencia común», concluye el ministro.
Donde claramente parece ganar nuestra región es en el reforzamiento de las ayudas a la ganadería extensiva, y en particular, a ese colectivo de ganaderos con derechos especiales sin mucha tierra que por la convergencia actual han perdido bastante dinero. Habrá reparación.
Y sobre todo en la prometida ayuda al olivar tradicional que, por primera vez, se incorporará a los pagos asociados con un presupuesto de 30 millones de euros anuales.
En la entrevista ‘A Pie de Campo’ de este sábado aseguró su intención de «primar aquellos elementos de reagrupamiento de los pequeños productores que les permitan ser más competitivos para recibir esta ayuda comunitaria». Y ahí hablaba de las cooperativas. Porque aunque pudieran estudiarse otros mecanismos como los pagos de apoyo a la renta, o abonarla a través de eco-esquemas, su prioridad -dice- es este modelo.
   El miércoles entrarán en acción los segundos mandos de las Consejerías para desarrollar las propuestas técnicas, y el jueves, hablarán con Planas las organizaciones agrarias que aquí han manifestado también una profunda decepción.
   Esto acaba de empezar aunque, como en todas las reformas, nadie se quiere dejar un pelo en la gatera.