Enrique Sánchez Lubián

En el Camino

Enrique Sánchez Lubián


Hasta la vuelta

22/07/2021

Última columna de la temporada. Los compañeros de La Tribuna cierran por vacaciones hasta finales de agosto. Llegan semanas de descanso, solaz y, por qué no, reflexión. Alcanzo este jueves un tanto exhausto y necesitando parar un poco. Agota intentar mantenerse a flote en un ambiente en el que desde variados frentes se nos intenta arrastrar hasta un callejón sin salida, donde prima el ‘contra peor, mejor’, haciendo de la confrontación el pan nuestro de cada día y alimentando el fantasma de la división entre buenos y malos españoles. Podría ser fácil desengancharse de todo esto y decir hasta aquí hemos llegado, pero creo que en estos momentos es crucial mantener determinadas posiciones ante la normalización del populismo, la mentira, la intolerancia, la manipulación informativa o el revisionismo franquista que algunos cultivan.
En el último pleno municipal de Toledo, la concejala de Vox, María de los Ángeles Ramos, acusó al movimiento vecinal de estar politizado. Recibió respuesta por parte del socialista Juan José Pérez del Pino diciéndole que eso no era malo, que lo reprochable sería que estas asociaciones tuviesen un comportamiento partidista. Es fatigoso escuchar frecuentemente como ese adjetivo de ‘politizado’ se utiliza con carácter despectivo, como si tener interés por (y para) la cosa pública fuese algo malo y censurable, en vez de enunciar corresponsabilidad ciudadana ante la gestión del bien común.
Quienes utilizan la crispación como ariete para deslegitimar la política saben muy bien qué se traen entre manos. Generalizar tal denostación es perverso. Cuando nos rendirnos al mantra del ‘todos son iguales y sólo van a lo suyo’, caemos en una trampa orientada a hacer dejación de nuestros derechos y delegar los mismos en terceras personas, diluyéndose nuestra condición de ciudadanos libres y responsables. De ello se aprovechan los trumpistas patrios. Por eso, cada semana en estas páginas, intento no dejarme arrastrar por tal desánimo, aunque en ocasiones el día a día me lleve a bucles emocionales en los que no siempre me gusta quedarme enredado, rumiando enojos y sinsabores. Así es que, intentando tomar aire y celebrando la aprobación por el Consejo de Ministros del proyecto de ley de Memoria Democrática que ahora será debatido en las Cortes, les deseo felices vacaciones. Hasta la vuelta.