Enrique Sánchez Lubián

En el Camino

Enrique Sánchez Lubián


¡Menuda gloria!

17/06/2021

Durante la kermesse colombina del domingo, Rosa Díez pontificó sobre quienes eran españoles de bien y quienes no. La divisoria es el apoyo o rechazo a los indultos del “procés”. Al oírla, recordé aquella canción de Víctor Manuel en la que nos aconsejaba pasar de largo y cruzar los brazos ante el peligro de que, los que siempre hacen las cosas por pelotas, puedan llamarnos mal patriota.
Aparte de recoger firmas y manifestarse junto a la ultraderecha, aunque sea a distancia, ¿qué nuevas iniciativas plantean el Partido Popular y Ciudadanos para avanzar en la resolución de un conflicto político y territorial que no ha dejado de enquistarse en los últimos años? Se dice que quienes arriesgan, ganan los grandes retos. Este envite pueda costarle a Pedro Sánchez y al PSOE el gobierno de España, pero también es factible que si su apuesta sale bien, en unos años tengamos que agradecer el paso dado ahora. Ya ocurrió en su día con la derrota del terrorismo etarra, abordada por el Estado desde diferentes campos: policial, judicial, político, mediación internacional, etc.
Hay momentos en las que ponerse de perfil no contribuye a nada. Tras lo de Colón, Pablo Casado puede, si quiere, verlo mejor. Evitando fotografiarse con Abascal, para no tiznarse de ‘fachalux’, quedó señalado como un tibio por quienes le abroncaban su curioso querer estar y no estar, a la vez, en la protesta. «Nos has abandonado», le gritaban, mientras las controvertidas palabras de Díaz Ayuso sobre qué debería hacer el rey cuando le pongan a firmar los indultos copaban todos los titulares. Además, sus barones territoriales le dejaron casi sólo ante la OPA hostil que desde Vox llevan tiempo planteando hacia su electorado más radical. «¡Menuda gloria, menuda gloria!», que cantaba también el asturiano.
Ser oposición responsable no es estar siempre a la contra, también lo es coadyuvar a solucionar problemas, aportando puntos de vista e iniciativas positivas que, llegado el momento, puedan rentabilizarse como aval de una forma diferente de gobernar. Intentar alcanzar el poder con los votos del cabreo visceral no deja de ser pan para hoy y hambre para mañana. Si alguna vez el PP es capaz de entender esto, hasta los ‘malos’ patriotas se lo podríamos reconocer, porque España, incluida Cataluña, necesita una derecha no montaraz ni ultramontana.