Ana Nodal de Arce

Me la juego

Ana Nodal de Arce


El caso Tolón

21/04/2022

La Semana Santa ha recobrado el esplendor con sus procesiones, sus tallas, sus cristos, sus vírgenes y su fervor, los turistas y el conglomerado imposible de coches, pero la noticia política de estos días, más allá de los admirados tacones de la alcaldesa o sus tragos de coca-cola en los desfiles por las tortuosas calles del Casco, ha sido su intención de presentarse a la secretaría del PSOE de Toledo. ¿Eso le da más poder? Realmente, no. ¿Es una tradición entre los militantes del partido del puño y la rosa que la persona que encabece la secretaría de la capital sea también alcalde o candidato al sillón municipal? Tampoco. ¿Por qué ese afán de Tolón por liderar el PSOE local? ¿Le ha venido a la cabeza la idea de emular a Ayuso? Qué va, qué va. Imagino.
La trama de esta historia se remonta a la época en que la regidora decidió que Francisco Armenta, Chesco, se hiciera con el control del PSOE de Toledo. Entonces era su jefe de gabinete y llegó a ser elegido concejal en la presente legislatura, con vistas a ocupar un escaño en la Diputación. Pero la cosa se torció: Tolón y Chesco se enfadaron y la alcaldesa, furibunda y sanchista, se marchó a Madrid para que su antiguo hombre de confianza no fuera diputado provincial y que ese puesto lo ocupara el vicealcalde Sabrido, su nueva mano derecha. En Ferraz le hicieron caso, se consumó la ruptura y Chesco fue acogido por la administración de Page. Siguió al frente del PSOE toledano, fuera del tolonismo, y dispuesto a revalidar su cargo, según anunció hace unos meses.
Pero la vida da muchas vueltas. Y la alcaldesa, ignorando a Chesco, al que no quiere ni ver, ha echado sus cuentas, y en vista de que en el PSOE no le quedan muchas opciones, ha decidido que en la capital solo manda ella. Y ansía el puesto de secretaria socialista. La gente de Page cuando se enteró del propósito de Tolón, se resignó y le dio el visto bueno. Incluso se llegó a un acuerdo para que hubiese una única lista de cara a la próxima renovación de la Agrupación de Toledo.  Pero ella quería su protagonismo y filtró la noticia antes de lo previsto. Eso a Chesco le sentó como un tiro y decidió plantar cara a Tolón. De hecho, cuando escribo estas líneas, el lío continúa. Obviamente se llegará a algún pacto, porque sería dramático para la alcaldesa ir a unas primarias contra la lista de Armenta, de la corriente de Page, insisto, y perder. Por si fuera poco, ha salido Bono, que no es militante de Toledo ni parece socialista, añado, para dar su bendición a la regidora. Los tolonistas lo celebran, lo difunden y lo jalean, mientras los del bando contrario observan con recelo esta maniobra del que fuera presidente de Castilla-La Mancha, reconvertido a empresario. Otros nos preguntamos qué sacara Bono de esto.
En fin, con las espadas en todo lo alto, la lucha abierta y la guerra fría, me quedo con una máxima que hay entre los socialistas de la capital: «si un alcalde es secretario del partido, pierde Toledo». Amén.