Juan Ignacio de Mesa

Barrio de Santo Tomé

Juan Ignacio de Mesa


Disparar con pólvora del rey

16/01/2023

La expresión 'disparar con pólvora del rey' tiene su origen en los Tercios españoles, unidades militares de elite que formaban la fuerza de infantería más eficaz de los siglos XVI y VXII. La paga que recibían sus soldados tenía que cubrir sus necesidades. Un piquero cobraba menos que un arcabucero, los de caballería tenían que mantener sus monturas y todos aquellos que portaban armas de fuego, debían pagar la pólvora utilizada de su propio bolsillo. Pero en caso de asedio o situaciones bélicas complejas, la pólvora se obtenía de los almacenes reales sin que los soldados tuvieran que pagarla y, al tirar con 'pólvora del rey', no se tenía tanto cuidado en el gasto y se disparaba mucho más alegremente. Así llega la expresión a nuestros días marcando la diferencia entre un uso controlado de los recursos disponibles, o bien descontrolado en función del origen de los fondos con que se deban atender estos.
Recuperando más datos de la Historia de los tercios, esta nos dice que estaban formados por soldados con gran sentido del honor y enorme valentía que sentían un gran desafecto por la vida. Dado que en nuestros tiempos los fondos públicos ya no son del rey, sino que su origen está en los tributos que pagamos los contribuyentes, podemos aseverar, sin riesgo a equivocarnos, que la expresión más acorde con nuestra época debería ser «disparar con pólvora del contribuyente», y dado que lo del sentido del honor, para muchos es una antigualla que no se tiene en cuenta, podemos dar por sentado que hay muchos dispuestos a disponer del dinero público «que no es de nadie» (Carmen Calvo dixit), con absoluta ligereza. Y son ya muchos los años que llevamos, en los que el déficit de las cuentas del Estado se ha convertido en crónico y no parece que vaya a pensarse en un uso adecuado y eficiente de los recursos públicos. Si, además, se considera que el tratamiento penal de la malversación de fondos públicos se ha relajado con la última reforma del Código Penal, me parece que tenemos que soportar que algunos van a disponer de nuestra 'pólvora' con absoluta generosidad.

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