Juan Ignacio de Mesa

Barrio de Santo Tomé

Juan Ignacio de Mesa


Mar Menor

30/08/2021

Como suele ser habitual, los responsables políticos tienen tendencia a culpar a los demás de sus propios errores. Que el Tajo esté como está, una cloaca a cielo abierto, lo menos parecido a un río vivo, es responsabilidad de todos, los gobernantes por acción u omisión no han cumplido ni cumplen con su obligación y los ciudadanos que, acomodaticios, lo permiten. El Tajo es una cloaca desde 1972, cuando se prohibió el baño en sus aguas. Además, llevamos ya 42 años de expolio de las aguas de cabecera, sigue aumentando el porcentaje de aguas residuales respecto a aguas limpias, y la posible recuperación del río se aleja cada vez más.
Ahora claman desde Murcia por el problema que ya tienen de haber ‘matado’ el Mar Menor, un ecosistema singular que les daba rendimientos importantes y que ahora, si se empiezan a pedir responsabilidades por los daños causados, puede arruinar, aún más, la economía de la zona. Y, seguro, que encima también nos tocará pagar algo a los habitantes de la cuenca cedente.
El abuso de las aguas, el exceso de regadíos, los vertidos de abonos y productos químicos, ha llevado al Mar Menor a una situación insostenible. Una política de explotación desaforada, cultivos y vertidos ilegales, hace que toneladas de peces afloren muertos a la superficie del Mar Menor y que haya zonas donde ya se prohíbe el baño, por lo que la actividad turística de la zona se irá al garete. Y no ha sido hasta la pasada semana que se reúnen la ministra del ramo y el presidente de la Región. Era para exigirles la dimisión por incompetentes. A burro muerto la cebada al rabo. Sabían, y la experiencia del Tajo lo demuestra, que hay procesos difíciles de parar. Nuestro río, aunque no se derivara un solo m3 de agua de cabecera, no se recuperará hasta dentro de lustros. El Mar Menor va a pasar por una situación similar. Hay que poner orden. La defensa de los ecosistemas no se hace publicando un Twitter, se hace planificando, anticipándose y tomando las decisiones adecuadas y a tiempo. Y, ojo, la culpa no la tienen los demás, la tenemos todos por permitirlo.