Enrique Sánchez Lubián

En el Camino

Enrique Sánchez Lubián


Filibusterismo

09/09/2021

Aunque en su origen la palabra ‘filibusterismo’ aludía a las acciones que algunos piratas (filibusteros) realizaban en el mar de las Antillas, con el tiempo pasó también a designar diferentes tretas obstruccionistas realizadas en el ámbito político para retrasar la aprobación de leyes u otras decisiones administrativas. Uno de los primeros personajes públicos en hacer uso de estos ardides fue Catón el Joven, quien en el Senado de Roma estuvo hablando durante horas para impedir que Julio César fuese nombrado cónsul tras su victoria en Lusitania. Al no contar con apoyos suficientes para tumbar el reconocimiento al héroe militar, trenzó un maratoniano discurso para que el tiempo corriese a su favor y no pudiera cumplirse el plazo establecido para hacer efectivo el nombramiento: la puesta de sol de la jornada en que se debatía el consulado.
Ejemplo palmario de filibusterismo político en la España de hoy es el bloqueo que el Partido Popular mantiene a la renovación del Consejo General del Poder Judicial, cuyo presidente y vocales tienen su mandato caducado desde finales de 2018. Aunque Pablo Casado y su gente saquen pecho cada vez que aluden a su compromiso con la Constitución, su comportamiento respecto a este asunto evidencia cuanto de postureo hay en algunas de esas declaraciones. La obstinación con que están imposibilitando que el órgano máximo de la Justicia en España se renueve, argumentando variadas y contradictorias excusas, retrata la insolidaridad institucional con que ejercen su oposición al gobierno de Pedro Sánchez, cuya legitimidad aún siguen cuestionando.
Una oposición responsable es aquella que además de controlar y fiscalizar al gobierno de turno, le rebate con inteligencia, hace propuestas rigurosas de futuro y entiende que la lealtad en los grandes asuntos de Estado es una oportunidad para crecer electoralmente ante los ciudadanos. En el Partido Popular deberían saberlo bien, pues no son nuevos en esto. Por eso, aunque su parroquia mediática no pare de jalearles en lo del CGPJ, el ruido de sus grandilocuentes palabras no oculta que con su terco e interesado enroque tensionan una costura esencial de esa España constitucional que tanto dicen defender y a la que tanto gustan apelar, aunque quizás, por lo bajini, andan pensando aquello de que una cosa es predicar y otra dar trigo.