Sé que estamos viviendo los momentos más graves desde que la democracia llegó a España y que todo lo que está pasando no es de risa, aunque yo una semana más voy a continuar con mi compromiso autoimpuesto de contar  las cosas que ocurren en Talavera y la comarca. Ya conocen mi teoría de que es la prensa nacional  la que comenta y opina sobradamente de los grandes temas de actualidad  y, aunque esto no nos evite estar muy preocupados  de España en su conjunto, las pequeñas inquietudes locales también merecen su espacio.
Ocurre que desde hace ya muchos años y a trancas y barrancas con luces y sombras, desde la instauración de la democracia todos los que llegaron al poder parecían estar de acuerdo en aplicar  unas normas para gobernar y respetar una Constitución que tanto esfuerzo nos había costado lograr. La llegada de Pedro Sánchez y su deriva incomprensible y de ingeniería político-social ha puesto todo patas arriba sumergiéndonos en una situación inédita para mí y completamente incomprensible. Han sido muchos años de vivir en una cierta estabilidad-cuando murió Franco yo estudiaba primero de Magisterio-y lo que propone Pedro Sánchez  es  nuevo y alarmante.
También cuento que desde hace un par de meses, antes de la alarma provocada por el presidente del Gobierno, no dejo de pensar en una cosa que  me corroe el alma:  con la abundancia de lluvias, en Murcia deben pensar en la  suerte que tienen y cómo dios aprieta pero no ahoga y que les está lloviendo estupendamente en la cabecera del Tajo para mantener  sabrosos trasvases y mantendrán sus continuas peticiones y reclamaciones de más y más agua sin que nadie de los que viven en las riberas del río se atreva a insinuar ningún recorte en las cesiones; que es  mucha la gente la que vive de 'la huerta de Europa' y a estas alturas no importa nada, pero nada que miles de hectáreas de tal huerta sean ilegales o que el verdadero propósito de tanta agua como se trasvasa sea urbanizar la costa murciana.
Mientras en los planes del gobierno levantino sigan tales propósitos, nadie ponga un gramo de cordura en ellos y continúen amenazando con huelgas y movilizaciones cada vez que se insinúa cualquier restricción en el agua que se trasvasa, no habrá solución. Otra gran preocupación en esta parte del Tajo es que duele mucho comprobar semana tras semana y año tras año como en Murcia se pasan por el mismo forro no sólo las peticiones de quienes vivimos a la vera del Tajo, sino también los requerimientos de la Justicia. Por lo visto hay quienes sólo hacen caso a los jueces si les dan la razón y si no, no cumplen las sentencias y a otra cosa. Quienes alguna vez tuvimos  confianza en Europa y sus instituciones nos vamos quedando cada vez más solos y más desengañados viendo como nadie hace cumplir con el Tajo ideas y normas que sí exigen en sus países, actualmente un trasvase como el del Tajo es impensable en la Unión Europea.
Seguimos muy preocupados.