Enrique Sánchez Lubián

En el Camino

Enrique Sánchez Lubián


Hacérselo mirar

24/12/2020

A grandes males, grandes remedios, dice el refrán. En las últimas semanas, buena parte de nuestra atención ha estado centrada en saber qué podríamos hacer esta Navidad, con cuántos familiares y allegados cenaríamos esta noche o qué restricciones a la movilidad se dispondrían. Pues bien, cuando se ha debatido el asunto hasta la saciedad, adoptándose medidas que no siempre han sido del agrado de todos, David Arranz, diputado de Vox en las Cortes de Aragón ha ‘encontrado’ el quid de tan peliaguda cuestión: que solamente viajen los creyentes, pues «no tiene sentido que lo haga un ateo, un comunista o un podemita, porque en la Navidad se celebra el nacimiento del hijo de Dios». ¿Cómo se les queda el cuerpo?
En su última comparecencia parlamentaria antes de guardar cuarentena por el positivo de Macron, el presidente Sánchez recomendó a los líderes de la derecha, Pablo Casado y Santiago Abascal, que «se lo hiciesen mirar». Con tal consejo cerraba una intervención en la que, otra vez más, respondía a las exageradas acusaciones de que están socavándose los cimientos de la Constitución, que el gobierno ‘socialcomunista’ está llevándonos hacia un precipicio, que la desmembración de España está a la vuelta de la esquina, que la hoja de ruta desplegada en La Moncloa desemboca en una dictadura ‘bolivariana’ y el consabido rosario de apocalípticos augurios repetido sin cesar por los portavoces conservadores y su jacarandosa muchachada mediática [tan pródiga en estas páginas] desde que hace ya casi un año se conformase el gobierno de coalición.
Las encuestas constatan que los ciudadanos pedimos a nuestros representantes que se entiendan, que dialoguen, que busquen consensos para intentar enderezar las cosas y superar unidos la crisis. Estos loables anhelos no deben faltar en nuestras peticiones para el nuevo año, pero mientras haya tantos ‘arranzes’ pululando por ahí, creyendo que el súmmum del ingenio en la crítica al adversario político son los insultos zafios, barriobajeros y despectivos, cuando no rayanos en el odio, difícil será hacerlos realidad. Llegado a este punto, y como lo que de verdad importa ahora es nuestra salud y la de nuestra gente, deseo que en esta Navidad, creamos en lo que creamos y seamos cada uno de quien seamos, todo nos vaya bien. Cuídense y sean felices, se lo merecen. Nos lo debemos.