Pedro Carreño

La Ínsula

Pedro Carreño


El veranillo

27/09/2022

Pasado mañana se celebra la festividad de los arcángeles. Una fecha magnífica que brinda otra gran oportunidad para ir a Urda, bello y magnífico pueblo toledano. Ese día se honra al Cristo de La Mancha y, de paso, se saluda a los amigos y paisanos. Que ya se sabe: «los amigos, son de Urda».
Estos últimos días de septiembre, son también los que abren la puerta al conocido como 'veranillo de San Miguel'. Días marcados por los últimos fogonazos del calor veraniego. Un calor pegajoso, de vendimia, e irracional con el calendario. Últimos rayos de un verano que se resisten a marchar y a decir adiós, como los amantes en las primeras citas.
El veranillo de San Miguel de hogaño -dicen-, habrá que saborearlo más que nunca. Sus recuerdos servirán de cálida memoria para los gélidos días de invierno que -pronostican-, nos esperan a la vuelta de la esquina. Esperando su licuefacción, las gotas de sudor de estos días deberían conservarse en un relicario para ser admiradas, y veneradas, allá por los días que se celebra San Sebastián.
Para esas fechas -afirman-, el personal ya estará acostumbrado a no subir la calefacción. Un aparato, tanto de uso individual como colectivo, cuyo uso de instrucciones corre el riesgo de ser recordado y admirado solo en museos y bibliotecas.
Quien más, quien menos, rebuscará y se peleará por infernillos, picones y glorias dentro de pocas semanas. También por mantas, bufandas, orejeras, gorros de dormir y calentadores de camas. Lo vintage, en materia energética, reinará en el trono doméstico que las calefacciones han ocupado en las últimas décadas.
Pasado este veranillo las chimeneas -como ya avanza la subida de la leña-, dejarán de tener un exclusivo destino decorativo en muchos hogares. Y no como ahora, donde lo habitual es encontrarlas en los salones con una simulación óptica de llamas y fuego. Habrá quien aprenderá  (y se prenderá), que acercar la mano a una chimenea, no es aconsejable. Incluso conocerán el olor que deja en la ropa una cepa vieja, cuando se achicharra.
Los candiles también tienen ante sí un prometedor revival pasado este veranillo. Tanto, o más, que las linternas. Y, por supuesto, ahí están los estudios que auguran un esplendoroso resurgir de la antaño artesanal industria de las ceras y velas.
Más incertidumbre corren las saunas y baños turcos. Hay quienes prevén gran gentío dentro y fuera de estos locales. Los más optimistas vislumbran que se mutarán en ágoras para acoger seminarios, charlas y coloquios. Incluso su reconversión en salones de televisión para ver los partidos de Champions.
Otros, en cambio, creen que sobrevivirán pocos ,porque muchos empresarios tendrán que cerrar sus puertas, al no poder soportar su coste energético. Tampoco la factura de las obras para ampliar dichas instalaciones, y acoger la afluencia del masivo público previsto.
Solo son augurios. Aquí están, de momento, los días del veranillo de San Miguel. Cuando se recuerden, habrá que tararear aquella canción veraniega de 'Los Diablos'.

ARCHIVADO EN: Urda, Vendimia, San Sebastián