Pilar Gil Adrados

Entre Encinas

Pilar Gil Adrados


Los estrechos turcos

28/07/2022

Las dificultades para restablecer el tráfico de cereales entre Ucrania con el resto del mundo para aliviar la crisis alimentaria, no dejan de recordarnos que los océanos y los mares son el medio que le sirve a una inmensa mayoría de países y pueblos para comunicarse y establecer relaciones comerciales. Las rutas del comercio marítimo buscan la reducción de costes y para ello en su derrota discurren por estrechos naturales y canales, puesto que con ello reducen considerablemente los tiempos de tránsito, cuando no son la única manera de llegar desde una masa continental hasta aguas más amplias de alta mar.
Con la generalización del contenedor estandarizado en los años sesenta, el comercio marítimo experimentó un desarrollo sin precedentes con grandes buques portacontenedores, cargados con miles de toneladas de productos, combustibles y alimentos, que llegan a puertos con terminales especiales, dotadas de grúas que desembarcan en poco tiempo su mercancía, y con conexiones rápidas para trasladarla al destino, siendo su coste relativamente bajo comparado con otras opciones. De hecho, las rutas marítimas, por derrotas cortas y eficientes, conectadas con infraestructuras de distribución terrestre tienen una gran importancia estratégica y ejemplo de ello son las inversiones de China en su Belt and Road Initiative o en el Red Med de Israel.
Por eso, defender la libertad de navegación por los estrechos internacionales para garantizar el tráfico marítimo y la continuidad de la cadena de suministro global es un objetivo de la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CNUDM) de 1982. Esta contempla como estrecho internacional aquel paso geográfico donde el mar territorial de los Estados ribereños ocupa toda la vía, por lo que no hay un canal de alta mar por donde pueda navegar un barco para atravesarlo, y le aplica el principio de libertad de navegación como derecho de la comunidad marítima internacional.
Se conocen como estrechos turcos al del Bósforo y al de los Dardanelos, por ser las dos orillas, una en Europa y otra en Asia, territorio de Turquía. El Bósforo, atravesando el centro de Estambul, une el mar Negro con el mar de Mármara. Los Dardanelos, donde cayó al agua Hele desde el carnero volador y nació el mito del vellocino de oro, conduce la navegación desde el mar interior hasta el mar Egeo.
Su importancia vital para los países ribereños del mar Negro, ya que los conecta con el Mediterráneo y con el resto de rutas marítimas mundiales, la constatamos por las graves repercusiones que tiene no poder acceder hasta ellos, debido al bloqueo naval ruso de los puertos ucranianos. Y se deduce porque es anterior al CNUDM su regulación, la Convención de Montreux de 1936, que otorga a Turquía su soberanía y la capacidad de cerrarlo unilateralmente. Razón por la que el reciente acuerdo entre Ucrania y Rusia es supervisado por Turquía que, además, se ocupará de vigilar la carga de cereales de los buques en los puertos ucranianos, antes de iniciar la navegación por una ruta planificada por el mar Negro hasta los estrechos turcos.

«Defender la libertad de navegación por los estrechos internacionales para garantizar el tráfico marítimo y la continuidad de la cadena de suministro global es un objetivo de Naciones Unidas»