Pilar Gil Adrados

Entre Encinas

Pilar Gil Adrados


Alimentos espaciales

23/09/2021

Muchos de las aportaciones científicas y de los avances tecnológicos empleados en la carrera espacial son de gran utilidad en el mundo terrestre, no solo el microondas. El sistema de posicionamiento global (GPS), las herramientas inalámbricas, la comunicación a larga distancia, la perfección de las prótesis gracias a la robótica, la electrónica y el uso de nuevos materiales, la monitorización, las placas solares, el LED terapéutico, la potabilización del agua y, entre otros más, los relacionados con la alimentación como la deshidratación de los alimentos y el sistema  Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control (APPCC) en el que se basa la seguridad alimentaria europea.
La NASA y la Agencia Espacial Canadiense (CSA) desde hace años anima a los grupos de investigación, ofreciendo premios y reconocimiento a los equipos internacionales mediante su proyecto Deep Space Food Challenge, a desarrollar tecnologías o sistemas alimentarios novedosos que requieran los mínimos insumos posibles, generen menor desperdicio y maximicen la producción de alimentos seguros, nutritivos y  apetecibles destinados a las misiones espaciales  pero que, a su vez puedan emplearse para beneficiar la alimentación de las personas en la Tierra.
No solo tiene en cuenta el problema al que se enfrentan las agencias espaciales para encontrar formas de alimentar y nutrir adecuadamente a las tripulaciones espaciales cuando emprenden una misión de larga duración, en órbita o en la superficie de otros planetas, sino que aborda la debilidad del sistema alimentario mundial donde la inseguridad alimentaria, falta de alimentos o dificultad de acceso a los mismos, afecta a muchos lugares.
Este año uno de los candidatos en la competición es un equipo español, Aponiente y Arroz Molino Roca, con su arroz lunar, elaborado con el colágeno de las escamas de pescado que normalmente acaban en la basura, plancton liofilizado y agua, con el que ofrecen proteínas marinas en un alimento no perecedero que puede viajar al espacio.
Incluso a ello hay dedicadas empresas aeroespaciales privadas como Team Indus, promotora del concurso Lab2Moon donde ha sido seleccionado el proyecto español Green Moon Project para estudiar la germinación de las plantas bajo gravedad lunar.
Con el mismo fin, en la Estación Espacial Internacional (ISS), un proyecto de cinco agencias diferentes: la Agencia Espacial Europea (ESA), la NASA, Roscosmos (Rusia), JAXA (Japón) y la CSA, se llevan a cabo cultivos experimentales para conseguir alimentos que permitan llegar a Marte o construir una base permanente en la Luna. Estos días la ESA informaba en su página web sobre la hamburguesa espacial creada con carne rehidratada, cebolla transportada en un vehículo de carga y lechuga cultivada en la ISS.
El pasado mes de abril tuvo lugar el lanzamiento de la expedición número 65 de la ISS que finalizará en octubre. La tripulación la componen siete astronautas cuya misión se centra en investigaciones que permitan ampliar los viajes espaciales tripulados en órbita a la Luna y a Marte. Entre sus distintos cometidos está el estudio de sistemas de raíces de algodón que puedan ayudar a identificar variedades de plantas que requieran menos agua, fertilizantes y fitosanitarios en su cultivo.