Ana Nodal de Arce

Me la juego

Ana Nodal de Arce


La otra vista de Toledo

20/01/2022

Una importante oficina de Japón ha considerado la panorámica nocturna de Toledo la más bonita del mundo. O algo así. Que nuestra capital es hermosa, lo sabíamos mucho antes de que lo dijeran los nipones, que mirar la capital desde el Valle es soñar. Así pues, la alcaldesa ha sacado pecho, como ella suele decir, y ha tirado de ese reconocimiento del país del Sol Naciente para mostrar su apuesta turística en Fitur, bajo el eslogan 'Un año de 10'. Supongo que predice que este 2022 merecerá una matrícula de honor, porque durante el pasado, nuestro gran logro ha sido convertirnos en la capital con la inflación más alta de toda España. ¿De quién es la culpa? No sé, seguro que ni mía, ni de ustedes, queridos lectores.
Lo cierto es que esto de Fitur da mucho juego a los que gobiernan. No en vano, es un evento para que brillen las luces, mientras las sombras se esconden en casa. Es fácil vender Toledo y su inmenso patrimonio allende nuestras fronteras, pero es complicado defender el lema tolonista de que «una ciudad que es buena para vivir es buena para visitar», más que nada porque, de ser cierto, aquí no vendría ni un galgo.
Recapitulemos: el Casco Histórico necesita vecinos, servicios, comercios, transporte sostenible, rehabilitación de inmuebles. Precisamente esa vida que ensalza la regidora. Pero ahí no queda la cosa, porque a nuestra joya histórica herida, se suman otros barrios en plena decadencia, como Santa Teresa y, sobre todo, Palomarejos, que espera un plan, de momento tan difuso y oscuro como el de Vega Baja. O tan turbio como ese Tajo que oferta Tolón, con absoluta desfachatez, al incitar a los visitantes a que recorran nuestro patrimonio natural. Es una auténtica desgracia, un atentado medioambiental, lo que está sucediendo con nuestro río, amenazado incluso por la Tubería Manchega fruto de la insensatez de Page. Pero hay más: la número dos de Tolón, la concejala De la Cruz, viendo las espumas que campan a sus anchas en el río, ha sentenciado que «no tiene constancia» de vertidos ilegales al Tajo. Tranquilos, pues, que la suciedad es legal. Acabáramos.
Turno para otro atentado que se anuncia sonado: la construcción del cuartel de la Guardia Civil en la Peraleda, empeño de este equipo de gobierno, al que De la Cruz, otra vez ella, pretende sumar las voluntades de la oposición. Porque sí. Sin dar explicaciones al respecto, salvo esa política de ordeno y mando que únicamente convence al edil no adscrito. Ese cuartel, si nadie lo impide, será el legado del tolonismo en nuestra capital, junto a esa mole de dos bloques que sesga la vista de Toledo desde Santa Teresa.
Vuelvo a Fitur. A veces me gustaría ser tan feliz y despreocupada como la alcaldesa, encantada con su gastronomía alfonsí, flanqueada por dos fantásticos cocineros y promocionando una feria que debe costar un ojo de la cara. Eso sí, enseguida se me pasa, me sale la vena reivindicativa y pienso que la foto es demasiado elitista. Y echo de menos a hosteleros de toda la vida, que no gozan de estrellas Michelín, pero que dan cobijo a sus clientes habituales, saben cómo quieren el café y departen con ellos de las otras vistas de la ciudad más bonita del mundo. Porque la conocen, la recorren, la viven y la quieren.