Ignacio Ruiz

Cabalito

Ignacio Ruiz


Ánimo cooperativistas

30/06/2021

El campo depende de muchos de vosotros y, las principales industrias de vuestros pueblos son, en muchas ocasiones, vuestras cooperativas. Podéis dedicaros al cereal, al vino o el aceite de oliva, ser de ferralla o una cooperativa de taxistas o de chóferes de autobús.
Si el cooperativismo ha resultado ser importante, en un momento como en el que nos encontramos se convierte en un pilar fundamental del futuro de nuestro país.
Que una empresa cooperativa no se deslocalice supone oportunidades de desarrollo personal y profesional a las personas que habitan allí donde están asentadas. Bien de manera directa por la actividad económica a la que se dediquen o de manera indirecta a través de lo que genera en su entorno.
Si el medio rural está en peligro de extinción por la paulatina e inacabable despoblación no podemos desproteger a esas herramientas que, durante años, han servido para dignificar la comercialización de nuestros productos agroalimentarios y, así debe seguir siendo.
El 3 de julio se celebra el día internacional de las cooperativas y la Alianza Cooperativa Internacional ha propuesto el lema “Reconstruir, mejor juntos’. En nuestra región la mayor parte de la actividad cooperativa tiene que ver con el campo, pero también en el mundo urbano tenemos claros ejemplos a los que habría que premiar por su importante labor durante la pandemia. Miembros de cooperativas que han colaborado con aquellos que lo han estado pasando mal en estos meses han estado ahí ayudando.
Porque lo importante no es solo la organización, sino los valores que representa formar parte de ella. Valores como la honestidad, la lealtad, el compromiso de compartir, la responsabilidad de cumplir. Y el derecho a poder formar parte de las decisiones, esas que son necesarias para poder alcanzar continuamente metas, afrontar difíciles retos y buscar nuevos desafíos.
El cooperativismo está hecho de una pasta especial y sus compromisos y valores no son un hándicap, sino un ejemplo a seguir y valorar en su justa medida. Tienen que ser competitivas y rentables, para ello necesitan apoyo más allá de meros titulares. Hace falta formar profesionales para la consolidación de los canales de distribución, comercialización y rentabilizar activamente su actividad.
Ahora toca trabajar para reconstruir nuestra anhelada forma de vida, y qué mejor que hacerlo bien y hacerlo juntos.