Alejandro Ruiz

EL REPLICANTE

Alejandro Ruiz


Que pida perdón Infantino

24/11/2022

Cuando en 1988 Carlo M. Cipolla expuso sus leyes fundamentales de la estupidez humana en el ensayo breve titulado 'Allegro ma non troppo', dijo tener «la firme convicción, avalada por años de observación y experimentación, de que los hombres no son iguales, de que algunos son estúpidos y otros no lo son, y de que la diferencia no la determinan fuerzas o factores culturales sino los manejos biogenéticos de una inescrutable Madre Naturaleza».
Es una pena que cuando Cipolla manifiesta esa convicción, el actual presidente de la FIFA, Gianni Infantino, era solo un infante chavalín de dieciocho años al que esa Madre Naturaleza mencionada por Cipolla ya lo tenía encauzado para engrosar la lista de estúpidos internacionales. Sin duda, la afirmación de Infantino de que «Europa debería pedir perdón por los últimos tres mil años», habría confirmado y reforzado plenamente la tesis de Cipolla sobre la estupidez humana. En la misma línea de López Obrador cuando envió una misiva al Rey exigiendo que España pidiera perdón «por los abusos de la conquista», confirmándonos que el mundo está regido por esta legión de estúpidos, analfabetos funcionales, malvados y corruptos.
En el plano moral, Grecia descubrió la libertad del ciudadano con la participación de todos en las decisiones comunes y el pensamiento filosófico crítico y formativo de hombres libres. Lo bello, lo bueno y lo verdadero.
Roma crea el Derecho, organiza el Estado y nos lega el derecho natural con la distinción entre legalidad y legitimidad, en el que profundiza la filosofía cristiana, sentando las bases del liberalismo y la democracia actual. Cicerón, Séneca, Marco Aurelio.
 Con la Ilustración, la razón ilumina el conocimiento de la humanidad para sacarnos de la ignorancia y poder construir un mundo mejor y más justo. Los Derechos Humanos, los denominados Derechos Humanos de primera generación, aquellos que garantizan derechos civiles y políticos, surgieron con la Revolución Francesa, imponiendo al Estado el respeto de los Derechos Fundamentales como el derecho a la vida, a la libertad y a la igualdad, entre otros. La libertad y la justicia, junto con la idea de la paz universal, se fundamentan en el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos y cada uno de los que componemos la comunidad humana. El Iusnaturalismo racionalista sentó así las bases fundamentales de los Derechos Humanos. Francisco de Vitoria indica que «todo hombre, simplemente por el hecho de serlo, sea o no cristiano, posee en cuanto tal un conjunto de derechos fundamentales, inherentes a su personalidad». En Europa es donde nace el hombre como persona racional, libre, moral y responsable de sus acciones. Todo eso es Europa, Infantino.
Según Cipolla estos estúpidos «pertenecen al género humano, pero son un grupo más poderoso que la Mafia, el Complejo Industrial-Militar o la Internacional Comunista en su día».