Pilar Gil Adrados

Entre Encinas

Pilar Gil Adrados


A Ucrania desde Calera y Chozas

23/06/2022

«No podemos olvidarnos del sufrimiento de la gente y de los animales del mal, que es mucho más tenaz y astuto que los sueños que perseguimos», nos advertía el ucraniano Adam Zagajewski cuando recibió el Princesa de Asturias en 2017. Con uno de sus poemas nos dio la bienvenida, en nombre de todo el pueblo de Calera y Chozas, la alcaldesa de Alberche del Caudillo, Ana Isabel Rivelles López,  al Festival Folclórico por la Paz en Ucrania que se celebró la tórrida y sofocante noche del 11 de junio: «Encorvados por una carga que a veces es visible, otras no… arrastrando las piernas, van despacio, muy despacio, al país de ningún sitio, a la ciudad de nadie, a la orilla del río nunca».
Un festival donde el calor perdió todo interés porque lo relevante y emocionante fue asistir a un acto de comunidad donde todos aportaban con entusiasmo lo que tenían a su alcance o sabían hacer, con la esperanza de que también su empeño llegará hasta Ucrania. Servicios municipales, protección civil, corporación municipal, vecinos y visitantes, asociaciones, reposteras de cientos de exquisitas rosquillas que desaparecieron en un momento, cuya venta se destinaba al mismo fin, y los indudables protagonistas: Grupo de Jotas las Atalayuelas de Velada, Asociación Folclórica de Talavera la Nueva y Aires de Calera. Depositarios de patrimonio histórico, coreográfico y musical de sus pueblos que se esfuerzan en mantener vivo, bailando sus danzas, tocando su música y cantando las canciones que nos hablan de su origen y de sus costumbres. Por esas gentes que sufren, nos dijeron, porque nosotros sí que podemos bailar y cantar.
Y así, tocaron, bailaron y cantaron maravillosamente con sus preciosos trajes almidonados, las medias, las enaguas, los chalecos, los tocados y los pañuelos, incluidas, en los grupos, niñas muy pequeñas que, encantadas de estar allí, no reparaban en la calorina.
Aunque son tres pueblos casi limítrofes, las canciones recuerdan el porqué de sus diferencias culturales.  De las Atalayuelas, Alfonso X hace merced al primer Señor de Velada, un señorío entre otros del Concejo de Ávila ante la necesidad de repoblar. Un señorío con rollo jurisdiccional y castillo del que nos hablan las canciones, así como de alguna desavenencia con Talavera de la Reina.
Las canciones de Talavera la Nueva expresan el orgullo de haber forjado un pueblo con el esfuerzo de su trabajo en los años cincuenta. Cuando mediante una política agraria, que trataba de recuperar un país devastado por la guerra, se abordaron obras hidráulicas para disponer de superficie de regadío para iniciar un proyecto de colonización agraria con pequeños propietarios. Su escudo con el sol al amanecer, el arado y el agua simboliza su origen reciente, tras las obras del embalse de Cazalegas y del Canal Bajo del Alberche.
Y en las de Calera y Chozas, cuyo origen se remonta a la antigüedad y que desde la Hispania romana está en la vía que unía Caesarobriga con Augusta Emerita, me pareció atisbar la proximidad extremeña.