Enrique Sánchez Lubián

En el Camino

Enrique Sánchez Lubián


‘Bruja’, ‘gilipollas’,…

11/11/2021

Apenas transcurrido un mes desde aquel lamentable incidente en el Congreso cuando un diputado de Vox, José María Sánchez García (magistrado en excedencia y que meses antes ya había tildado de 'chillona gallega' a otra parlamentaria), llamó 'bruja' a la socialista Laura Berja, otro compañero ultra ha insultado a la ministra María Jesús Montero gritándole 'gilipollas' mientras ésta defendía el proyecto de Presupuestos Generales del Estado. Actitudes tan intolerables denotan la catadura de quienes en las instituciones se prodigan recurriendo a gruesas descalificaciones en vez de argumentar y defender con solidez intelectual aquello en lo que creen. Esto último, al menos, es cuanto se espera de la buena educación, la cortesía y el respeto que los cargos públicos han de cultivar en sus actuaciones, virtudes que semana a semana los representantes de la extrema derecha con sus bravuconadas se encargan de arrastrar por el más inmundo fango.
Ya recordé en esta columna lo dicho por José Ortega y Gasset en 1931, cuando debatiendo en el Congreso sobre cómo debería ser la política republicana pedía a sus señorías que no se dejasen llevar por divagaciones, frivolidades o violencias verbales, añadiendo haber tres cosas que no podían hacerse allí: ni el payaso, ni el tenor, ni el jabalí. Desde ese día, el último de estos términos quedó asociado a un grupo de diputados de extrema izquierda y federalistas, pródigos a la hora de interrumpir sonoramente las intervenciones de sus adversarios y que hicieron de la demagogia antigubernamental seña de identidad en aquellas Cortes Constituyentes. Hoy, noventa años después, quienes acumulan méritos sobrados para engrosar tan indecoroso grupo tienen entre las gentes de Abascal vivero propio.
Insultar con desprecio y rabia, como lo hacen tan lenguaraces diputados, implica insolencia y ánimo de injuriar o descalificar. El uso de estos improperios denota, también, una forma de mostrar a todo el mundo la catadura de quien, utilizándolos, se nos revela como persona desconsiderada, maleducada y proclive al desprecio hacia quienes piensan y son distintos. Bajo ese perfil, desgraciadamente, andan retratándose algunos representantes de nuestra democracia. 'Bruja', 'gilipollas',… ¿qué será lo próximo que voceen señorías tan distinguidas y tan fervientes guardianes del decoro patrio?