El término 'pertinaz sequía' viene asociado para los de mi quinta, con los primeros años de nuestra infancia. La escasez de lluvias que se registró en España en el periodo de 1944 a 1954, hizo que los pantanos redujeron el volumen de agua embalsada al 14% de su capacidad y en 1954 se tuvieron que tomar decisiones drásticas con restricciones que afectaban tanto al suministro de agua, como al de electricidad. Quizás fuera debido a esto, que se empezó una carrera para construir pantanos de cuyas inauguraciones se nos daba buena cuenta en el NO-DO correspondiente.
Malo es que el Régimen llegara a hacer un uso excesivo de la expresión 'pertinaz sequía' para ocultar otras muchas deficiencias, pero, nos guste o no, tomó medidas para limitar el efecto que esta pudiera tener construyendo embalses por todas las cuencas de los ríos de España. Ahora llevamos años en los que el descenso de la pluviometría marca un camino claro de vuelta a periodos de 'pertinaz sequía'.
El agua va a ser el elemento que disparará las confrontaciones entre regiones y países. La demanda aumenta sin que se tomen decisiones que eviten las posibles causas de conflicto que la escasez de agua generará. La ciencia ha avanzado mucho y hay tecnologías disponibles para poder aumentar y mejorar la cantidad de agua disponible, también hay técnicas de riego que puede reducir y optimizar el consumo, aumentando la productividad por metro cúbico de agua consumida. Pero hay que tomar decisiones. Se deben de plantear mesas de debate en la que los mejores especialistas en la materia expongan alternativas para que los políticos adopten decisiones y las hagan cumplir. Israel es un ejemplo en el consumo de agua. ¿por qué no aprendemos de los que saben?
España va a sufrir las consecuencias del cambio climático experimentando un proceso de desertización en el sur de la Península. Mientras tanto, nuestros responsables políticos utilizan el agua para generar enfrentamientos. ¿Tan difícil es pedirles que dejen hablar a los que de esto sepan? Hacen falta políticas de Estado para resolver este tipo de problemas. Sé que lo que pido es un imposible, pero soy de la generación que leyó en las paredes de París la frase «seamos realistas, pidamos lo imposible».