La profesión de juez es muy vocacional, y si la justicia está mal es porque los políticos en el presupuesto son unos ratas. En la Europa modernizada, Alemania, Inglaterra, Francia, Suecia, etc., hay dos veces más jueces que en España por habitante. Los jueces tienen dos problemas. El primero es que cuanto te entran 1.500 asuntos al año de 100 o 200 folios cada asunto de media, te tienes que leer en las 2.000 horas lectivas que tiene el año todo el papel, y como por las mañanas tienes que dedicar el tiempo al gobierno del juzgado, -providencias, declaraciones, juicios, etc.-, solo le quedan 1.000 horas, lo que implica que se tienen que leer 300 folios por hora y poner sentencias como si fueran el correcaminos de los dibujos animados. No me da tiempo, diría yo ¡y cualquiera!
El segundo asunto es la falta de independencia judicial. Usted señor lector que está ahí enfrente pensará que lo que digo es algo filosófico-empírico, que estoy hablando de física cuántica, o que me he caído en un libro de historia política, pero no. Los que echaron para atrás las cláusulas abusivas de los bancos, -que habían sido aprobadas previamente por el regulador, es decir por el Banco de España o por la Comisión Nacional del Mercado de Valores dependiendo-, fueron los jueces. Los que metieron en la cárcel a los golpistas catalanes fueron los jueces. Los que le ponen a usted una sentencia contra un abuso administrativo, son los jueces. Los que están juzgando a los chorizos del PP, del PSOE o de Podemos o han metido en la cárcel a los hijos de Pujol, tienen una profesión que se llama judicatura.
Pues bien Alfonso Guerra se cargó la independencia del poder judicial, y el PP cuando llegó al poder, si bien había prometido independencia en la carrera judicial, mantuvo la ley Guerra solo para nombrar a dedo a sus amiguetes. El mezquino de Zapatero no podía cambiar una ley que le permitía nombrar a otro montón de amiguetes, para que éstos nombrasen a otros amiguetes en muchos Tribunales. Así el Constitucional, el Supremo, etc., estaban contaminados por las manos sucias del poder. Para Zapatero los jueces de a dedo eran parte de su guardia pretoriana, por eso mantuvo el lodazal.
Mientras eso ocurría, … premonición: tanto el PP como el PSOE construían cárceles de lujo con gimnasio, sauna y piscina. Eran dueños de la cúspide, el Consejo, pero no podían manejar a los jueces de a pie. Alma vincit.
Luego llegó Rajoy, que nombró a Gallardón Ministro de Justicia, y como Gallardón se había gastado 6.000 millones de euros estando de Alcalde, debió pensar que no estaba la cosa para dejarlos a los jueces por su cuenta, y se repartió el pastel con lo que quedaba de un PSOE herido de muerte por los ERES. Y en eso llegó la Gürtel y otras del estilo, y se alegró de no haberlo hecho. Desde luego que Sánchez no lo hará.
PSOE y PP siguen nombrando a los jueces, hasta que ahora Europa les ha sacado tarjeta roja.