Enrique Sánchez Lubián

En el Camino

Enrique Sánchez Lubián


Seguir adelante

06/05/2021

Lo que en años no consiguieron De Cospedal, Rajoy ni Casado, lo ha logrado Isabel Díaz Ayuso en un pispás: echar a Pablo Iglesias de la vida política. En Madrid, la izquierda ha sufrido una severa derrota, que en el caso del PSOE es desalentadora. Diez años después del 15-M, parte de sus herederos políticos, Más Madrid, han alcanzado su ansiado ‘sorpasso’ a los socialistas, pero ha sido inútil. El fracaso de Ángel Gabilondo vuelve a situarnos ante la dolorosa pregunta de por qué, tras veintiséis años de gobiernos populares en la Comunidad madrileña, el PSOE continua siendo incapaz de articular una alternativa ganadora que ilusione a cuantos de sus votantes hoy se sienten desamparados ante el huracán Ayuso.
El resultado electoral en Madrid me duele. Me preocupa que el trumpismo utilizado por Ayuso para arrasar y barrer a la izquierda tradicional sea secundando por otros líderes regionales y locales del Partido Popular, deslumbrados por los altos réditos obtenidos. Semejante simplismo no puede convertirse en banderín de enganche para relegar el debate de propuestas y la confrontación de ideas frente al secuestro partidista de la palabra libertad.
Al abandonar el Gobierno, Pablo Iglesias dejó en él un diamante: Yolanda Díaz. En su retirada, pasa al presidente Sánchez el muñeco de trapo con el que muchos le hacían vudú cada día. El dimisionario líder de Podemos ha sido uno de los personajes públicos que más antipatía e inquinas ha despertado en los últimos años, cierto es que ocasiones él mismo las ha cultivado. Ahora la jauría mediática antipodemita enfilará todos sus efectivos contra el secretario general del PSOE y serán más insaciables aún.
Al éxito logrado por Mónica García no es ajeno el ‘no’ que le dijo a Iglesias, dejándole claro que Más Madrid no debía pedirle permiso por existir. Que ella y Herrejón lideren hoy la izquierda a la izquierda del PSOE puede reabrir vías para fraguar confluencias progresistas que en las últimas municipales y regionales no se materializaron en diferentes lugares de España por imposiciones, egos desmedidos o dogmatismos cainitas que ahora serán más difíciles de mantener. Y llegado a este punto, creo oportuno recordar aquella última consigna de Marcelino Camacho antes de fallecer: «Si uno se cae, se levanta inmediatamente y sigue adelante». Pues eso. Seguimos.