Pilar Gil Adrados

Entre Encinas

Pilar Gil Adrados


Oro solar

02/09/2021

Desde hace siglos, el oro es un símbolo de riqueza y poder para el ser humano por su escasez y utilidad. Causa de no pocos conflictos, anhelo de conquista, material para acuñar moneda que cierre un negocio en cualquier sitio y, hasta hace relativamente bien poco, respaldo en los Bancos Centrales para salvaguardar el valor del dinero.
Ahora, fundamentalmente, se utiliza en joyería y en electrónica. De hecho, el oro de dispositivos electrónicos reciclados ha servido para fabricar los oros olímpicos, gracias al Proyecto Medallas Tokyo 2020. Nos es tan precioso el oro, que metafóricamente designa lo que consideramos excelente ‘oro molido’, apreciado ‘oro en paño’, provechoso ‘hacerse de oro’ o querido ‘valer su peso en oro’. No solo tenemos oro amarillo, blanco, rosa o rojo, en función de las aleaciones con cobre, plata o paladio para conferirle dureza y distintas bellezas, también encontramos a lo largo de la historia otros valiosos bienes económicos llamados oros.
El oro blanco ayudó a convertir a Castilla en una potencia económica a finales de la Edad Media. La lana merina en sacas se concentraba, principalmente en Medina del Campo y Burgos, para llevarla desde los puertos de Santander y Bilbao hasta los de Amberes y Brujas, donde la lana se preparaba para viajar a destinos de fabricación de paños y telas. Este oro perdió su brillo cuando la producción de lana dejo de ser un monopolio del imperio español y otros imperios textiles, como Inglaterra, encontraron otras fibras en sus colonias.
El oro verde u oro líquido, el aceite de oliva, fue una mercancía que hizo ricos a muchos mercaderes de la antigüedad. Testimonio de ello es la Testaccio en Roma, una colina de más de 35 metros formada por los restos de las ánforas y cántaros, muchos de ellos con aceite de la Bética de Hispania, que llegaron hasta el puerto del Emporium en el Tíber.  Oro que es un pilar de la Dieta Mediterránea como el trigo y el vino
La fiebre por el oro negro del XIX se inició en Pensilvania, cuando al aceite mineral, que exudaba la tierra y se usaba como remedio de propiedades curativas, se le encontró aplicación para la iluminación con queroseno. Se fundaron monopolios e incluso florecieron ciudades alusivas como Oil City que decayeron según se secaban los pozos, aunque la fiebre se extendió por otros lugares del mundo.
Hoy que las energías renovables son un medio indiscutible no solo para reducir emisiones y mitigar el cambio climático, sino para adaptarnos a sus efectos, la energía del sol es oro. La transición energética es una oportunidad económica para las tierras agrarias de escasa rentabilidad. En Extremadura, hay en construcción 27 fotovoltaicas con una potencia de 1.327 MW y en trámite 144 proyectos con 5.100 MW. La región inició 2020 con 1.075 MW conectados a la red y lo cerró con 2.569. Castilla-La Mancha, con 11.578 instalaciones de 1.924 MW tramita 336 proyectos para alcanzar los 7.503 MW. Modelos económicos que zonas prosperas de España no van a liderar y que no están exentos de polémica.