¿Por qué ha necesitado Sánchez el apoyo de los separatistas vascos y catalanes para la aprobación de los presupuestos? La respuesta es bien sencilla: porque el PP no se ha abstenido en las votaciones.
El PP lo está haciendo relativamente mal como oposición, ya que impulsa a Sánchez a tener que pactar con grupos que le van a pedir un riñón y parte de otro para apoyarle. ¿Cuál era la otra opción? La no aprobación de los presupuestos. Pero si el PP sabe que los presupuestos se van a aprobar si o si, lo lógico es haber sido lo suficientemente generoso para no oponerse, y de esta manera, anunciada su postura al gobierno, Sánchez no hubiera necesitado el apoyo de los insaciables separatistas. Es decir, no se puede uno oponer a una situación en la que la salida es peor. Aunque los presupuestos propuestos por el PSOE no cuadren con la ideología del PP, el que gobierna, Sánchez tendría una solución para ignorar las pretensiones de los grupos radicales a los que ha tenido que acudir para hacerlo. La otra alternativa era no aprobarlos, y eso, un gobierno que se precie no puede asumirlo.
Los presupuestos han sido aprobados y no sabemos cuál es el precio que haya tenido que pagar el PSOE al hacerlo, porque el separatismo sigue fustigando siempre que puede.
Hay muchos asuntos en los que me parece bien la oposición clara y terminante del PP, sobre todo esas leyes que todo el mundo está criticando y que proceden de su socio podemita. Pero las leyes tienen un recorrido largo en el tiempo, y si el PP gana las elecciones, solo o en compañía de otros, lo único que tiene que hacer es someter de nuevo esas leyes al Parlamento y echarlas para atrás, lo cual es previsible.
Pero hay una ley que solo tiene una oportunidad, o apruebas los presupuestos para el año que viene o no, y una vez aprobados se aplican y luego no se puede recoger la leche derramada y volverla a meter en el cazo; enmiendas aparte que podrían haber sido pactadas.
El transcurso del tiempo podrá poner otras cosas en su sitio, pero si el gobierno se gasta el dinero de los presupuestos el año que entra, se lo  ha gastado y no puede recogerse de nuevo, luego no cabría otra que pactarlo para que así dar un ejemplo y un guión de sacrificio, aún cuando el PP fuera criticado, pero explicándolo como lo debe hacer la oposición, es mejor no tener que contar con los enemigos de nuestra piel de toro.
¿Cuánto nos habrá costado al resto de españoles el pacto con los nacionalistas? Seguro que más que si el PP se hubiera abstenido.
Otra cosa es lo del referéndum, que envalentonados los separatistas por la dependencia que Sánchez tiene de ellos, se chulean y se jactan de tenerlo a su servicio. Si yo fuera Sánchez, y dado que la Constitución todavía está en vigor, antes de que se la carguen, plantearía ante los ciudadanos de toda España un referéndum con una sola pregunta: ¿está usted de acuerdo en que cada región/autonomía de España pueda hacer un referéndum para decidir su independencia? La respuesta sería la única respuesta que cabe por la soberanía nacional que nos otorga a todos los españoles las decisiones sobre España, y ese referéndum iría a misa para que dejen de tocar las narices.