Antonio Herraiz

DESDE EL ALTO TAJO

Antonio Herraiz


Madrid y sus madrileñadas

30/04/2021

«En Madrid puedes cambiar de pareja y no te la encuentras nunca más». La sentencia de Isabel Díaz Ayuso no vale para todo el mundo. Que se lo digan a Pablo Iglesias, que con tanta promiscuidad es casi un milagro que no se encuentre a una ex. Entre las fotos más geniales del parlamentarismo español sobresale una instantánea en la que el líder de Podemos está sentado en su escaño junto a Irene Montero mientras se produce un acontecimiento memorable. Baja las escalerillas del hemiciclo Tania Sánchez. Iglesias y la ahora ministra de Igualdad levantan la mirada. Ella con el móvil en las manos sin mirar el aparato; sólo tiene ojos para Tania. No es una mirada amable. Él tampoco le quita ojo, igual pensando lo que fue y pudo haber sido, pero ya no es. Tania sigue y no se detiene. La foto tiene su valor porque no había pasado mucho tiempo de la ruptura. Tampoco es que el ex vice sea de guardar el luto sentimental. Para eso es un macho alfa.  
A mí me vale la tesis de Díaz Ayuso. En Madrid, en Guadalajara y hasta en Armallones, mi pueblo del Alto Tajo. Es lo que tiene no haber hablado con muchas muchachas. El otro día escuché a alguien bromear con el alcalde Martínez Almeida. «Ayuso cuando dice que, en Madrid, si cambias de pareja no la encuentras nunca, está pensando en Almeida». Fíate tú del alcalde, que entre la erótica del poder y la labia que tiene intuyo que se está hinchando. No estoy yo nada seguro de que, alguna vez, no se haya encontrado con alguna de sus conquistas.
Total, que la presidenta igual puede que haya errado en su rotunda afirmación. En lo que no falló es en el movimiento que provocó la convocatoria anticipada de elecciones: «España me debe una, hemos sacado a Pablo Iglesias de La Moncloa». Si atendemos a las encuestas, igual le borra también de la política. No le veo yo al todopoderoso jefe de Podemos dos años en la bancada de la oposición de la Asamblea de Madrid. Es muy poco para él. Presagiando la que se le viene encima, ya ha anunciado que en 2023 no será el líder de su partido. Pero en la semana de las amenazas en forma de bala y navajita plateá, el defensor del comunismo antes que de la libertad, ha realizado la suya propia: quiere dedicarse al ‘periodismo crítico’. ¡Eso sí que es una amenaza! Vuelta a la Tuerka y a Fort Apache, dos programas que ha conseguido incluso llevar a TVE, colocando a periodistas al servicio de la causa. Ya veremos lo que duran, que sin el jefe en La Moncloa y con el nuevo presidente de la corporación tratando de poner cierto orden -las audiencias son pésimas-, parece que Cintora y Las cosas claras están en el punto de mira. Es aquí donde se va a medir el poder real que le queda a Iglesias, después de su salida y de la imposición de una ministra que asume su condición y habla ya abiertamente de impuestos e impuestas.
El martes vota Madrid, que no es poco, y el resultado, sea el que sea, tendrá repercusiones en el conjunto de España. Si Ayuso aguanta el trono, Casado respirará y tratará de vender un modelo de gestión que ha dado buen resultado. Si Gabilondo da la campanada, Sánchez se lo apropiará, después de dar la espantada cuando las encuestas no le han sonreído. En cambio, si se confirman los sondeos, el secretario del PSOE se limpiará cualquier responsabilidad como si no fuera con él, a pesar de no haber encontrado alternativa para un candidato al que esta batalla ha pillado fuera de juego. ¿Y Ciudadanos qué? Arrimadas se va a quedar sin argumentos.