Francisco Javier Díaz Revorio

El Miradero

Francisco Javier Díaz Revorio


Comunidades 1521

30/04/2021

Toda comunidad política tiene sus mitos, pero ello no debe dificultar una aproximación histórica rigurosa a los hechos en los que se sustentan. Las comunidades de Castilla representan una defensa de un sistema institucional y de una forma de gobierno determinada, que se veía realmente amenazada por los nuevos tiempos, más allá de la mera defensa de las prerrogativas de cierta élite local frente al monarca extranjero. Pueden incluso considerarse como una lucha por lo que podríamos denominar, en un sentido muy amplio y figurado, «la constitución castellana». Pero quedarse con la mera idea de la defensa de una especie de identidad nacional castellana, o incluso de unos valores ‘democráticos’ frente al absolutismo, sería incurrir en la mitificación.  Lo que sí es cierto es que, en los reinos ibéricos y en buena parte de Europa, el régimen político bajomedieval se caracterizó por el protagonismo de una institución representativa en la que las ciudades tuvieron una gran importancia, como fueron las Cortes, sin duda la mayor aportación leonesa y castellana al constitucionalismo universal. La paradoja es que la ‘modernidad’ significaba, en aquel contexto, la unificación del Estado en todos los aspectos, un nuevo concepto de soberanía, y con él la concentración de poderes en el monarca.
En este contexto se entiende la ‘puesta en valor’ del movimiento comunero como reivindicación de algo que ya nunca sería igual, pero entendiendo también el significado y la importancia del nuevo modelo de Estado que se iba imponiendo, y que trajo a España, al menos desde un punto de vista de política global, sus momentos de mayor auge. Toledo, sabiamente, siempre ha sabido ‘ser’ a la vez imperial y comunera, si se me permite decirlo sintéticamente, porque ambas almas conforman su esencia. Por todo esto, es acertado conmemorar debidamente este centenario, y es especialmente oportuno que las Cortes de Castilla-La Mancha lideren esta conmemoración; aunque también será muy conveniente que más instituciones participen en ella. En fin, no quiero terminar sin recomendar una novedad bibliográfica que estudia con profundidad y rigor varios siglos de reuniones de Cortes en el actual territorio de Castilla-La Mancha, en cuyo contexto puede entenderse mejor el movimiento comunero. Se trata de ‘Corte y Cortes trashumantes. Reuniones de las Cortes de Castilla en la actual Castilla-La Mancha (siglos XIV-XV)’, coeditada por las propias Cortes de Castilla-La Mancha y la editorial Tirant Lo Blanch, obra del autor Francisco Javier Díaz Majano.