Miguel Ángel Sánchez

Querencias

Miguel Ángel Sánchez


La Cátedra y el Tajo

10/02/2023

Ayer la Cátedra del Tajo de la UCLM-Fundación Soliss rindió cuentas de un año de trabajo por el Tajo. Mientras, a unos metros al otro lado de los ventanales del cigarral del Santo Ángel Custodio, el río bajaba enturbiado y espumoso. Puede que la Cátedra sea lo mejor que le ha pasado al Tajo en décadas. Y puede que sea lo único que pueda traerlo de nuevo.
Quizá hoy haya salido ya por fin en el BOE el plan del Tajo. O no. Da igual. Lo que aparecerá será un pacto político, uno más, donde el que pierda será el Tajo. Como lo hizo en los tres planes anteriores. El primero de Aznar, donde nada se cuestionaba. Los dos siguientes de Rajoy, ante la incapacidad de Zapatero de sacar el que le tocó, a principios de la pasada década. Entonces, con Zapatero, se produjo un verdadero golpe de estado en la planificación hidrológica, con el secuestro del Esquema de Temas Importantes que intentaba poner racionalidad en el Tajo, con caudales ecológicos y remarcando la incompatibilidad del trasvase con cualquier intento de devolver la vida al Tajo. Rajoy aprobó manu militari y con el PP gobernando en Castilla-La Mancha dos planes vergonzosos, tumbados por el Supremo gracias a las plataformas y municipios de cabecera. Y ahora Pedro Sánchez, en la misma tradición, aprobará otro ilegal y que sólo busca mantener el statu quo, contentar a Valencia (Júcar entregado en bandeja) un poco más que a Murcia, y al aparato decimonónico del ministerio.
Castilla-La Mancha no puede vender sino otro acuerdo histórico, de esos de todo a cien que llevamos ya no sé cuántos y cuyo calado ya conocemos. La política no ha estado a la altura y se ha plegado a los intereses de siempre. Da igual quien gobierne. Y quien gobernará. La única forma de poner orden en el Tajo es desde la sociedad. Las plataformas ciudadanas han llegado y llegarán hasta donde puedan. Pero es imprescindible que la universidad (las universidades) y la sociedad tomen las riendas, decidan y digan que ya basta, que se acabó, que el mangoneo político con el Tajo se ha acabado.
No sé si tendremos la madurez suficiente. La Cátedra precisa trabajar, será imprescindible en los próximos años, muy duros. Pero con independencia. Y con recursos económicos que sólo pueden provenir de esa sociedad que sí quiere recuperar su Tajo, un río que refleja desde hace décadas lo que somos. Quizá algún día pueda mostrar algo más que espumas.