Enrique Sánchez Lubián

En el Camino

Enrique Sánchez Lubián


Sánchez no está solo, ni quiere estarlo

21/10/2021

La socialdemocracia, reivindicada en el congreso del PSOE y por la que hace poco algunos no daban ni un céntimo, vuelve a ser hegemónica en los países escandinavos, ha ganado las elecciones alemanas, recupera alcaldías en Italia y se mantiene al frente de los ejecutivos en Portugal y España. Además, Anne Hidalgo apunta al Eliseo ante las próximas presidenciales francesas. Le pese a quien le pese, Pedro Sánchez no está solo ni en Europa, ni en el partido, ni quiere estarlo en la izquierda.
Decía Marx que el socialismo debía ser la sustitución del desarrollo inconsciente de la Humanidad por el desarrollo consciente. A ello respondió la socialdemocracia, siendo uno de los pilares de la Europa contemporánea. Bajo sus gobiernos, tras la segunda Guerra Mundial, nuestro continente se consolidó como una sociedad avanzada, apostado por reformas encaminadas hacia la protección de sus ciudadanos, defendiendo la libertad y orientando la economía hacia el bienestar comunitario.
Por diversas razones, parte de estas conquistas se devaluaron en el tiempo. Los avances del neoliberalismo promocionando valores individuales frente a lo común, la imposición de la cultura acumulativa y de la ostentación, la corrupción en la administración de caudales públicos y el clientelismo partidista, el deterioro de algunos servicios esenciales o aquella aciaga "tercera vía" por la que descarriló el laborismo británico, agudizaron la "fatiga de materiales" en esta ideología. Entre nosotros, además, no debemos olvidar a quienes orientando sus redes electorales hacia los caladeros de la derecha desdeñaron a sus bases naturales. Pero, la socialdemocracia resiste. Y ahora, en esta etapa de recuperación pospandémica, vuelven abrirse oportunidades para desarrollar sus principios.
Suscribo la petición de Sánchez para que se consolide la unidad a la izquierda del PSOE. Sus palabras no traslucen el cariz hegemónico excluyente que en ocasiones han esgrimido anteriores dirigentes socialistas, sino reconocimiento a otras sensibilidades y cohabitación trasversal. Es importante que, respetando la independencia de cuantos siéntanse aludidos por tal deseo, la confluencia que sostiene al actual gobierno de España se mantenga, se fortalezca y se ensanche si no queremos, ante próximas citas electorales, volver a lamentarnos por dividir y no sumar.