Este año se conmemora el centenario del nacimiento del gran director de cine Luis García Berlanga. De sus películas viene al pelo recordar la maravillosa 'Bienvenido Míster Marshall' en la que todo un pueblo, ante la prometida visita de un grupo de diplomáticos estadounidenses, se prepara para recibirlos y poderse asegurar alguna de las ayudas que dentro del Plan Marshall llovieron en la Europa de posguerra (a España no le llegó ni un dólar).  
Salvando las distancias, ahora parece que sí vamos a recibir una lluvia de millones. No de los EE.UU. sino de la Unión Europea. Los Fondos 'Next Generation', llevan creando unas expectativas excepcionales desde que se anunciaron como medio para relanzar la economía europea y poder cumplir algunos de los objetivos fijados en la agenda 20-30, ayudando a reconstruir la Europa posterior a la Covid-19. Una Europa más ecológica, más digital y resiliente. Ya en los Presupuestos Generales del Estado de 2021, figuran 24.000 millones que provienen de dichos fondos. Si se prevé que por cada euro de los fondos se invertirán, de media, cuatro euros más para llevar a cabo proyectos, tenemos que, a corto plazo España invertirá 100.000 millones de euros. Gran noticia y ojalá que así sea. Pero tenemos un problema, y es que la forma en que estamos gestionando los fondos que nos vienen de Europa, no nos permite ser demasiado optimistas. De los cerca de 56.400 millones de euros en fondos estructurales que España tenía asignados para el periodo 2014-2021, a 31 de julio, faltando solo cinco meses para la terminación del plazo de disposición, solo se habían gastado 22.000 millones de euros, otros tantos estaban en trámite y más de 11.000 millones ni siquiera se habían asignado. Falta de información, complejidad en los procedimientos, excesivos trámites, lentitud en la gestión. Muchos empresarios ni siquiera presentan proyectos ante la inseguridad de alcanzar un buen fin. ¿Qué pasará con estos fondos? Todos debemos comprometernos en poder conseguir que los Fondos sirvan para cumplir sus objetivos. El sector privado, presentando proyectos y el sector público apoyándolos y gestionando bien y de forma ágil su tramitación. Ojalá no tengamos que rememorar el desenlace de la película de Berlanga.  De todas formas, vean la película si pueden, es una joya cinematográfica.