Entre empate y empate, el CD Toledo se ha quedado sin comodines en este tercio de la temporada donde se juega todo. Los verdes consiguieron anotar el 2-2 en casa, con uno menos, en el último instante, ante un Calvo Sotelo Puertollano que ya estaba celebrando un ascenso más que merecido. El punto logrado le sigue dando la oportunidad a los toledanos de ser terceros si consiguen los 6 puntos que quedan en disputa, pero con unas sensaciones muy diferentes a cómo empezó esta complicada fase.

Si bien es cierto que el conjunto no ha perdido en estos cuatro partidos, los seis puntos obtenidos se hacen poca recompensa y obliga a sufrir mucho más. Aunque es una quimera, si se hubiese logrado el pleno de victorias, se estaría hablando de esta visita a la Ciudad Deportiva Andrés Iniesta como el día de poder haber cantado el alirón. Ahora toca cambiar la perspectiva.
El planteamiento de Diego Merino en estos choques ha sido como si de un partido de ‘playoff’ se tratase, con un equipo junto, replegado, buscando su oportunidad y manteniendo un once fijo. La diferencia es que no eran partidos de ‘playoff’. El equipo no ha perdido, pero para poder puntuar ha necesitado de la búsqueda de la heroica demasiadas veces, sin un plan diferente. En defensa han estado con un nivel aceptable, pero a la hora de anotar al equipo le ha costado mucho más. El partido ante los puertollanenses en el Salto del Caballo fue un ejemplo más de ello. El equipo llegaba bien a la zona de tres cuartos, pero luego se le cerraba la persiana, bien porque no había una circulación de balón lo suficientemente rápida para sorprender o porque no había efectivos suficientes para disparar.
Entre el partido en Quintanar del Rey y el minuto 64 del pasado domingo, el equipo de Merino había tirado una sola vez entre los tres palos. Su ataque, con un Rubén Moreno solitario arriba, unido a esa falta de explosividad y creatividad en la mediapunta, han provocado que sea el mismo ‘9’ el que tuviese que aparecer entre líneas, armar la jugada, abrir a una banda y ser él mismo el que tuviese que ir a rematarla.
Independientemente de los errores arbitrales (que han sido muchos), al equipo le falta un plan B para solucionar esas previsibilidad en ataque, y eso no solo se puede suplir poniendo a Álex Martín. Históricamente, el mejor Rubén Moreno siempre ha aparecido cuando ha jugado con otro delantero por delante fijando centrales, como podría ser en este caso Osama. Una posibilidad, la de jugar con dos arriba que el técnico emeritense nunca ha elegido, y puede que tenga que hacerlo si en alguno de los cuatro o cinco encuentros que le queden a los toledanos, las cosas se pusiesen feas. Esa opción la tendrá que tomar en los verdaderos partidos de ‘playoff’, y no la ha querido practicar en esta fase. Cuando las cosas no se prueban antes, el resultado puede ser menos efectivo y el CD Toledo está jugando con fuego.  
Ahora, tanto en la visita a Albacete como el siguiente partido en casa ante el Quintanar del Rey, solo vale ganar, tiene que haber un plan B y mucho antes que en el minuto 80 del partido.