'Ite ad Ioseph', 'Id a José', es una expresión tradicional de la espiritualidad católica, tomada del Antiguo Testamento –en referencia a José, el hijo de Jacob, durante los siete años de hambre en Egipto-, que invitaba a la devoción al padre putativo –de ahí lo de Pepe- de Jesús. Yo hoy también les quiero invitar a que vayan a José, en concreto, a visitar la exposición dedicada al santo y que el pasado día 19, coincidiendo con el día de su fiesta, fue inaugurada en la sala de exposiciones del Arzobispado de Toledo.
La figura de san José ha ido evolucionando en su representación, desde que surgiera en el arte paleocristiano, como puede verse en algunos sarcófagos, en los que aparece en la escena de la Epifanía. A lo largo de la Edad Media se le mostró como un anciano, en gran medida debido a relatos apócrifos o textos populares, siempre asociado a María, nunca solo. Será a partir del siglo XVI, con el gran auge de su culto, destacando entre sus promotoras a santa Teresa de Jesús, cuando se multipliquen las imágenes del santo, ya solo, ya con Jesús en sus brazos o a su lado, o en escenas como la de la aparición del ángel en sueños, siendo su iconografía la de hombre maduro, capaz de afrontar las pruebas y dificultades. El arte contemporáneo gusta, en sus diversas expresiones, desde la pintura al cine, presentarnos a un joven trabajador, compañero y protector de María y del Niño.
Esta amplia variedad queda recogida en esta espléndida exposición. Comisariada por Pilar Gordillo, se distribuye en diferentes secciones que van desglosando diversos aspectos de la vida de José. Pintura, escultura, dibujo, se combinan con otros elementos decorativos, la música ambiental, el ruido de la carpintería y los textos que expresan la rica personalidad del santo patriarca. Obras que abarcan un amplio arco temporal, desde la pintura flamenca a la escultura contemporánea y la expresión plástica de autores actuales, manifestando la fecundidad del tema y cómo se puede afrontar hoy la figura de san José sin caer en la sensiblería o la ñoñería. En este sentido resultan extraordinarias algunas realizaciones pictóricas, como el hermoso 'San José y el Niño' de la joven pintora toledana Carolina Espejo, que se puede contemplar, y venerar, en la parroquia de Santa María de Benquerencia, en el Polígono, o el bellísimo 'José de Nazaret', pintado para esta exposición por la académica Dalila del Valle, cargado de ternura y exquisita sensibilidad, donde vemos a José abrazando a Jesús, mientras le enseña a utilizar el martillo.
Pero, además, podemos disfrutar de obras de El Greco, Comontes, Lucas Jordán, Pedro de Orrente y un amplio elenco. Entre las esculturas, resalta la atribuida a Francisco Salzillo, poco conocida a pesar de conservarse en la céntrica parroquia de San Nicolás.
Una exposición muy recomendable, en la que, sin duda, disfrutarán mucho. Vayan a José.