Ana Nodal de Arce

Me la juego

Ana Nodal de Arce


Nuestra gran oportunidad

16/09/2021

Parece que una mano negra, es un dicho, se ha posado sobre Toledo. Sin resolver los efectos de Filomena, nueves meses después que se dice pronto, han llegado las inundaciones de la Dana y una borrasca que nos ha tenido en vilo. Si a estas desgracias meteorológicas, sumamos las fatídicas secuelas de la covid en nuestra salud física y mental, las decisiones municipales tomadas para salir del paso y la falta de servicios en condiciones que ofrece esta ciudad, nos queda un panorama desolador.
En cultura, se repiten los mismos eventos año tras año. Y no digo yo que estén mal, que conste. Pero hay que ir más allá, involucrar a los niños, a los jóvenes, a los mayores, a toda la población, en definitiva, para que nuestras calles tengan vida, no sólo con motivo de iniciativas que vienen de atrás y que reúnen a mucha gente en pocas horas. Justo lo contrario que marcan las normas de la covid. Pocas ideas ha tenido este equipo de gobierno, salvo la de las Alas, que, eso sí, fueron todo un éxito para posados fotográficos.
A estas alturas, Toledo sigue a la deriva, sin saber hacia dónde va. Les voy a dar algún ejemplo que ustedes, queridos lectores, conocen, porque en esta capital siempre se habla de lo mismo: tras el anuncio de Page, uno más, de que el Virgen de la Salud va a cerrar definitivamente en diciembre, seguimos sin saber qué uso se va a dar a ese edificio. Y tiempo han tenido en la Junta para pensarlo, que desde enero de 2005 se habla del Hospital Universitario. Mientras, los residentes en Palomarejos, los comerciantes y los hosteleros, temen que les aguarde el mismo destino que al Casco, pero sin turismo y sin patrimonio. Poco se han potenciado los valores de una zona que goza de lujos en su entorno como el Parque de las Tres Culturas o el campus de la Fábrica de Armas. Señores y señoras del equipo municipal de gobierno, hablen con los vecinos, con profesionales en urbanismo y ábranse a la participación, ya que en su caso, las iniciativas brillan por su ausencia. Y exijan a la Junta que se mantenga un servicio de Urgencias en la zona, por Dios.
Pero vamos a ser positivos: creo que nuestra gran oportunidad, más allá del improvisado centenario de Alfonso X el Sabio, la tenemos en Vega Baja. Diseñar un espacio que combine arqueología, cultura y ocio es posible y es una obligación de los gobiernos regional y local, que, en su infinita soberbia no han tenido a bien buscar el asesoramiento de expertos, cuya generosidad y conocimientos siguen ignorando. No debemos permitir más errores que dinamiten nuestro futuro. Los ciudadanos debemos exigir a quienes mandan que rindan cuentas del dinero público que derrochan y no se vayan de rositas, como quienes construyeron en el arroyo de la Rosa, quienes proyectaron un hospital sin accesos o un edificio como el Quixote Crea, una mole inservible. Así pues, lo de construir en una zona inundable y protegida, la Peraleda, el cuartel de la guardia civil, tal como se empeña Tolón, debe ser censurado por el resto de grupos políticos y por los vecinos de una capital que tiene la obligación de proteger una riqueza paisajística y cultural contra decisiones insensatas, absurdas y caprichosas, que rozan la ilegalidad. Así no.