Jorge Jaramillo

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Jorge Jaramillo


La viruela se resiste

22/05/2023

La confirmación de un nuevo foco de viruela ovina en una pequeña explotación mixta de Casas de Fernando Alonso, en la provincia de Cuenca, representa para todos los ganaderos de la región una señal de alerta. Porque, aunque la consejería de Agricultura haya optado -de momento- por mantener el mapa de movimientos y vigilancia tras levantar en abril los confinamientos, está todavía por ver qué instrucciones pudieran llegar de Bruselas, según indican fuentes del sector.

Al fin y al cabo, todas las partes saben que una enfermedad tan altamente contagiosa como esta, aunque sin consecuencias para la cadena alimentaria, tiene unos protocolos y unas cuarentenas que se regulan en el Diario Oficial de la Unión Europea (DOUE) como hemos visto ya en varias ocasiones desde el primer contagio en septiembre, y desde marzo para acá, tras los últimos casos de Alcázar de San Juan, en Ciudad Real.

El dictamen de ejecución de la Comisión más reciente, con fecha 20 de abril, definía los períodos de desescalada según las zonas de protección, vigilancia o restringida adicional, a partir del 31 de mayo y hasta el 31 de julio como muy tarde. Esa era la fecha más esperada.

Sin embargo, expertos veterinarios como Delia Lacasta -que ha presidido durante estos últimos años el Colegio europeo de Especialistas en Pequeños Rumiantes-, recuerda que el virus puede sobrevivir hasta seis meses en las áreas infectadas, ya sea en la explotación, los pastos o cualquier acceso a las instalaciones, con lo que durante todo ese tiempo, conviene no bajar la guardia ni en las entradas ni salidas de los trabajadores, ni en los vehículos que suministran pienso, retiran la leche, o sacan los estiércoles. También advierte de que algunos estudios no descartan que pueda propagarse por el aire, aunque en distancias muy cortas de hasta 500 metros.

Con todo, la solución está -sin duda- en el manejo y especialmente en la desinfección, más allá de otros controles que imponga la administración, a través de los servicios veterinarios oficiales, siempre, según la normativa.

El martes, el Consejo de Gobierno aprobará el presupuesto de cinco millones de euros para financiar la reposición de las cabañas sacrificadas. Y no descarta ampliar los límites máximos previstos, según sean los censos a restaurar. En este sentido, y vista la situación y la resistencia del virus, el Ministerio de Agricultura debería revisar al alza su consignación inicial de dos millones de euros (para dos anualidades) que aprobó en su momento cuando todos confiaban en que, para antes del verano, el problema estaría resuelto.

Desde la Fundación del Consejo Regulador del Queso Manchego creen sin embargo, que es oportuno definir otras ayudas para cubrir el lucro cesante, aunque no solo de las ganaderías que hayan perdido todo su rebaño al no poder comercializar los corderos.

Comparando los volúmenes de leche producidos el año pasado por estas fechas, aprecian un déficit de unos dos millones y medio de litros. Y aunque reconocen que el roto de los vaciados sanitarios tiene que mucho que ver con este descenso tan preocupante, aseguran, y así lo argumentaron en la reunión de la mesa de seguimiento de la viruela del viernes, que la bajada está directamente asociada a la cría de lechales por parte de los ganaderos desde que se decretó la inmovilización ante la imposibilidad -entonces- de enviar animales a cebadero.

Organizaciones como Asaja también pidieron a la administración que vigile los supuestos movimientos especulativos en el mercado para forzar caídas de precios en este mes estratégico de bodas, bautizos y comuniones, aunque también, en las semanas previas a la fiesta del cordero de la comunidad musulmana (29 de junio) cuando se preparan los animales.

Y es que, mientras persista la viruela, el riesgo de propagación, por pequeño que sea, es real pese a los inmensos esfuerzos realizados hasta ahora, por lo que todos los controles estarán justificados si se trata de evitar un mal mayor.