Con motivo del décimo aniversario de su fallecimiento, en la jornada de mañana, viernes 24 de febrero, se recordará la figura del ingeniero y escritor José Miguel Hernández Vázquez. Será a las seis de la tarde, en la sede toledana del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos.
Intervendrán en el acto Juan Antonio Mesones López, decano del Colegio Ingenieros de Caminos en Castilla-La Mancha; Miguel Ángel Carrillo Suárez, presidente CICCP; Ricardo Sánchez Candelas, ingeniero de montes y amigo de José Miguel; y Fabrizio Hernández Pampaloni, hijo del propio José Miguel.
El acto servirá de homenaje a su persona y a su trayectoria profesional, dedicada en muy buena parte de su vida al servicio público, ocupando muy relevantes cargos de la Administración en los Ministerios de Obras Públicas y Defensa durante la etapa de la Transición.
José Miguel Hernández Vázquez, toledano nacido en 1938, falleció el 24 de febrero de 2013. Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, ingresó en 1968 como ingeniero del Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo. Más tarde pasó a la empresa pública de ingeniería INITEC. Se casó con la italiana María Pampaloni, de la que tuvo dos hijos.
Hombre culto y moderado, fue próximo a Enrique Tierno Galván, en cuyo partido, el PSP, militó. Su solvencia personal y su capacidad analítica hicieron que el ministro Luis Ortiz, de UCD, le nombrara director de su gabinete en el MOPU. Más tarde, el ministro Julián Campo le nombró director general de Obras Hidráulicas. En 1991, el ministro de Defensa, Julián García Vargas, le nombró secretario de Estado de Defensa. Al cesar en sus cargos políticos fue consultor y consejero de varias empresas.
Hombre de fecunda preparación humanista, ha dejado una huella indeleble en la política y en la sociedad de este país.
El desempeño de tan relevantes responsabilidades en los sucesivos cargos que ocupó en los organismos centrales de Administración Pública del Estado no le alejaron de su Toledo natal. Muy por el contrario, siempre estuvo pendiente de todas las vicisitudes de la vida local y preocupado de los problemas que afectaban de cualquier manera a su querida ciudad, y de manera muy particular al desarrollo de las obras del Trasvase Tajo-Segura, cuestión de gran sensibilidad en el ámbito toledano que no le resultaba ajena.
En la terrible sequía de la década de los noventa del pasado siglo que obligó a suspender el abastecimiento de agua a Toledo desde los embalses de suministro habitual, resultaron fundamentales sus gestiones para ser sustituido temporalmente por las aportaciones del Canal de las Aves, solución transitoria que posibilitó el abastecimiento sin restricciones.