Julia Navarro

ESCAÑO CERO

Julia Navarro

Periodista y escritora


Ser padres

31/03/2023

No, no estoy a favor de la gestación subrogada. No obstante, puedo comprender el deseo de tantas personas de convertirse en madres y padres. Pero comprender el "factor humano" no me lleva a defender esta manera de tener hijos. Para empezar convierte a las mujeres en meras incubadoras, y además son las mujeres sin recursos económicos las que prestan su vientre para que otros tengan ese hijo deseado. Por eso, la pretensión del PP de regular la gestación subrogada siempre que no haya pago es una falacia. Puede haber un caso en que sea así, pero la realidad es la que es y en el noventa y nueve por ciento de los casos gestar el hijo de otra o de otro lleva consigo una remuneración.
Que determinados personajes públicos acudan a este método para tener hijos no lo hace mejor, sino que por el contrario lo que pone de manifiesto es que en ocasiones tener hijos es cuestión de dinero.
Imagino a esas mujeres que llevan a una criatura en su seno para entregárselo a esos padres ansiosos de convertirse en tales. Pero no todo vale para ser padres: desde el punto de vista ético resulta reprobable convertir a la mujer en una mera incubadora, en alguien al que alquilan su vientre para que otros vean satisfechos sus ansias de maternidad o paternidad.
De manera que detrás de la subrogación de un vientre lo que hay es un comercio, si, un comercio de cuerpos de mujeres.
La polémica aflora cada vez que algún personaje famoso que satisface sus deseos de maternidad o de paternidad ofreciendo dinero a una mujer para que los para, así de simple, así de terrible.
Antes a la gestación subrogada se le denominaba "vientres de alquiler" pero como decirlo así resultaba demasiado brutal se decidió cambiar la denominación. El lenguaje sirve para todo y en este caso se ha construido todo un relato en torno a la "gestación subrogada" que suena menos brutal.
Ser padres no es un derecho, es solo un deseo, un deseo que veces no se puede culminar teniendo un hijo biológico, por tanto resulta escalofriante que para colmar ese deseo se alquilen vientres de mujeres que han encontrado esa manera para poder subsistir.
Los problemas éticos y legales son innumerables por más que los problemas legales sean más fáciles de sortear. Pero me pregunto si esas mujeres y hombres que optan por alquiler un vientre son conscientes del efecto que esto pueda tener en sus hijos el día que alcancen la edad para enterarse que son fruto de una transacción comercial.
No es un asunto baladí que merezca, cuando hay un famoso de por medio, la aceptación sin más del resto de la sociedad.
Insisto, ser padres no es un derecho que pueda dar lugar a este comercio del cuerpo de la mujer que tanto PP como Ciudadanos pretenden legalizar.
Y, por cierto, si de verdad hay personas con ansias de tener un hijo hay millones de niños en el mundo que necesitan una familia. Aún llevo clavada en la retina la visita a un orfanato en la India donde decenas de manitas se alzaban sobre las cunas a la espera de una caricia.