La gratitud de una madre ucraniana con todo un pueblo

J.M.
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«No puedo contener las lágrimas de lo amable que es la gente», afirma Julia, que llegó con sus hijos a Tembleque huyendo de Kiev. No habla español, pero ha escrito la carta de su puño y letra

La gratitud de una madre ucraniana con todo un pueblo

Julia y sus hijos, María y Artem, llegaron a Tembleque el pasado 11 de marzo después de un penoso viaje desde la capital de Ucrania, Kiev. Siete días tardaron en alcanzar la frontera con Polonia con el dolor de dejar en el país a sus familiares. Allí, les recogió Pavlo, un amigo de Julia desde la adolescencia que cruzó Europa para atender a los tres (y a otras dos familias) y ponerlos a salvo en Tembleque. Tamara, la madre de Pavlo, ofreció a los tres su casa en la localidad manchega, donde viven desde entonces.

«A menudo no puedo contener las lágrimas de lo amable que es la gente conmigo y con mis hijos», explica Julia en una carta de agradecimiento a los 2.000 vecinos de Tembleque que ha escrito de su puño y letra. No habla español, pero Tamara le tradujo el texto para que pudiera lanzar el mensaje a los temblequeños. El blog local 'Todo Tembleque' difundió el 26 de marzo el emocionado texto redactado tras el primer día de clase de Artem en el colegio de la localidad.

«Se me acercaron mujeres en la calle, familias enteras vinieron a nuestra casa y hubo muchas llamadas telefónicas a Tamara. Todo el mundo ofreciendo su ayuda y su apoyo», detalla Julia en la carta. Y prosigue: «Os doy las gracias a todos, a todas las familias y a todas las personas que nos estáis ayudando. Mis hijos y yo estamos completamente vestidos y calzados gracias a vosotros, alimentados y seguros».

La gratitud de una madre ucraniana con todo un pueblo
La gratitud de una madre ucraniana con todo un pueblo
Julia estuvo con su marido y sus dos hijos en un refugio en Kiev en los primeros días de la invasión rusa a Ucrania. «Tuvimos que huir para escapar de los bombardeos. Mi madre, mi marido y mi hermano se quedaron en Ucrania. Tenemos toda una vida dejada atrás, quedó arrebatada y arruinada. Pero teníamos que salvar a nuestros hijos», recuerda Julia, quien busca ahora un trabajo y una vivienda.

ARCHIVADO EN: Kiev, Tembleque