El 'vapeo', una moda peligrosa

Jaime Galán
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Estudios y vendedores de la ciudad reconocen el aumento del consumo de cigarros electrónicos entre los jóvenes. Los expertos sanitarios destacan sus elevados perjuicios para la salud

El ‘vapeo’, una moda peligrosa - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

La vida pasa y las modas van cambiando de una a otra entre generaciones. El problema de esto es cuando se mediatiza una que puede ser perjudicial para la salud. Es el caso del 'vapeo', el consumo de cigarrillos electrónicos, cada vez más frecuente entre los jóvenes. Quizás, en el día a día sea menos común ver a personas consumiendo estos productos por la calle, pero durante el fin de semana es habitual a simple vista que al menos, en cada grupo de jóvenes, haya alguna persona con un vaper en la mano. Algo que corroboran estadísticas del propio ministerio de Sanidad, que muestran que su consumo ha aumentado considerablemente desde el año 2018 hasta la actualidad entre jóvenes de 14 y 18 años, siendo mínimo el aumento en mayores de 35 años, y también en los estancos locales, quiénes aseguran que venden en torno a una decena de vapers diarios, o más cuando se acerca el fin de semana.

Para los que hayan llegado hasta aquí y desconozcan lo que es un vaper, es un sustitutivo del tabaco, de ahí su otro nombre, cigarrillo electrónico, que supuestamente funciona con vapor de agua y tiene sabores más atractivos para el consumidor, como melón, mango o canela, entre otros. Se pueden adquirir en estancos o tiendas oficiales de vapers por un precio cercano a los 10 euros y  los últimos modelos del mercado ofrecen hasta 600 caladas por producto. Ante tal incremento de su consumo en la sociedad, sobre todo en gente joven, los expertos sanitarios recuerdan que también contienen nicotina y otras sustancias perjudiciales que pueden repercutir directamente en los pulmones.

Luis Rodríguez Padial es jefe de Clínica de Medicina y Prevención Cardiovascular  y desde su experiencia explica que los médicos y, especialmente, los cardiólogos están «totalmente en contra del consumo de esos productos». El doctor Rodríguez destaca que los vaper surgieron inicialmente como un mecanismo más para ayudar a la gente a dejar de fumar, pero esto no se ha terminado de comprobar, tal y como concluye el Informe sobre los Cigarrillos Electrónicos del ministerio de Sanidad o la propia FDA americana, encargada de aprobar el uso de estos productos relacionados con la salud. En cualquier caso, Rodríguez Padial explica que «aunque se llamen vapers, no es vapor lo que se forma, sino que es un aerosol y, por tanto, emite partículas en suspensión que van directamente al pulmón pudiendo provocar daños». Esas sustancias dirigidas a estos órganos no se resumen únicamente en nicotina, sino que producen otras sustancias tóxicas que usan para generar los sabores deseados y «son cancerígenas», argumenta.

De hecho, desde su experiencia el doctor comunica que ha presenciado varias hospitalizaciones por casos graves de pulmones dañados que se vinculan con el uso de los vapers, sobre todo «en casos de no fumadores que consumen este producto porque no lo relacionan con el tabaco y meten a su cuerpo una cantidad muy elevada de nicotina en un solo fin de semana, lo que lo hace más perjudicial al corto plazo». Y es ahí donde el doctor encuentra otra problemática. Sus atractivos sabores y el nuevo formato, alejado de la forma de un cigarro tradicional, están hechos para atraer a los jóvenes.

Todo esto son premisas que coinciden mayoritariamente con las conclusiones del mencionado informe del ministerio de Sanidad, en las que se expone que los cigarrillos electrónicos no son seguros para el consumidor, generando problemas respiratorios a corto plazo y conteniendo sustancias tóxicas y cancerígenas; que su consumo aumenta exponencialmente entre los jóvenes; y que la eficacia de los cigarrillos electrónicos como ayuda para dejar de fumar no ha sido demostrada. De modo que puede ser una costumbre muy «guay» entre los jóvenes y cada grupo de amigos, pero los expertos no recomiendan su uso y, ni mucho menos, hacerlo de forma desmedida. En la responsabilidad de cada uno queda ya hasta donde seguir la moda.