La alcaldesa de Talavera, Tita García Élez, ha destacado proyectos relacionados con la recuperación y rehabilitación de espacios para la ciudadanía, el Conjunto Histórico, la cerámica, Las Mondas, la gastronomía, la cultura, el ocio o el deporte como «ejes del turismo para generar economía y empleo». En esta «transformación» está siendo muy importante el trabajo de la mano de otras administraciones.

Así lo manifestaba durante su participación en el foro de El Español y El Digital de CLM 'Castilla-La Mancha, el turismo que viene', en el que ha formado parte de la mesa redonda 'Ciudades patrimonio: turismo cultural, histórico y monumental'; junto a los alcaldes de Almadén y Campo de Criptana. 

En primer lugar, se refería a que «Talavera es una ciudad de artesanos, por excelencia», recordando la declaración de las técnicas cerámicas como Patrimonio Cultural Inmaterial por la Unesco; de lo que «nos sentimos muy orgullosos» para que sea conocida a nivel mundial. Lo considera un primer paso para dar forma a otros proyectos, como los que se enmarcan en el Plan de Sostenibilidad Turística: 4,2 millones de euros para transformar la ciudad desde el punto de vista digital, turístico, cerámica, integrando el río Tajo. «Nunca Talavera ha tenido los fondos que tiene ahora para el desarrollo turístico y para la ciudad es una oportunidad única», ha apostillado. Un plan «muy ambicioso» del que ya se están gestionando los fondos.

La regidora talaverana también ha hablado de la promoción para conseguir apoyos para la declaración de las Mondas como Fiesta de Interés Turístico Internacional, como recientemente en Faenza (Italia), donde también se consiguió la entrada en la Ruta Europea de la Cerámica, de la que forman parte solo otras dos ciudades españolas, Castellón y Manises. En este punto, ha remarcado el trabajo que se está haciendo para seguir abriendo horizontes a nivel mundial; de ahí la marca comercial que se está diseñando para patentarla y que la cerámica de Talavera cuente con ese distintivo comercial, de calidad e identidad y que sirva de impulso a estos negocios artesanos.

García Élez ha puesto en valor la puesta en marcha de los talleres visitables donde, más allá de comprar regalos de cerámica o fotografiarse con monumentos de cerámica de la ciudad, el visitante demandaba «llevarse la experiencia de mancharse las manos de barro o pintar el propio azulejo» para, así, comprobar por qué cada pieza es única y por qué se les llama piezas artesanas.

También se refería al potencial de la gastronomía y a la dinamización del conjunto histórico.