La prevención escolar y familiar es clave contra las bandas

F. J. R.
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Cambios de conducta, malas notas, amistades diferentes, pequeños hurtos en casa, aumento de la agresividad, uso de rosarios y collares y desapariciones de fin de semana, señales de alerta para los padres

Uno de los detenidos en Toledo en la Operación ‘Bloque’ en mayo de 2022. - Foto: G. C.

¿Qué lleva a un chaval a sacar un machete a plena luz del día y usarlo contra otro menor de edad? Sin duda lo que más ha impresionado a los agentes de la Guardia Civil de Toledo que durante estos dos años llevan trabajando en la desarticulación de estas bandas juveniles violentas es la sangre fría de algunos de los detenidos. Un grado de tranquilidad a la hora de ejercer la violencia extrema que sorprende más si cabe por el hecho de que, en su inmensa mayoría, son niños o adolescentes.

La edad media de los pandilleros en la provincia fluctúa, aunque en su mayor parte son menores de edad. Las bandas los captan con 12 o 13 años, y eso tiene su explicación en el hecho de que son inimputables en la mayoría de los delitos o las penas son muy leves.

Las redes sociales son uno de los principales canales de captación, un entorno en el que la banda de los Blood se mueve con soltura. «Ellos lanzan los inputs y un pandillero de primer nivel nacional puede terminar captando a un chico de 14 o 15 años de Toledo», explican desde la Guardia Civil. 

La mejor prevención contra los pandilleros se realiza desde el entorno familiar y el escolar. En los colegios e institutos de la provincia funciona desde hace un tiempo el llamado Plan Director, por el cual la Guardia Civil informa de los peligros de las bandas a los alumnos.

Las familias son el siguiente entorno clave para evitar su expansión. Las armas blancas, pañuelos de colores (los Blood usan el rojo y los DDP el blanco, azul y rojo de la bandera dominicana) y el empleo de símbolos hechos con los dedos deben ser síntomas de máxima alarma para los padres, pero también hay una serie de factores generales previos que conviene saber identificar.

Los cambios de conducta, malas notas, amistades diferentes, secretismo en redes sociales de cara a los padres, pequeños hurtos en casa, manifestar una violencia que antes no habían tenido nunca; o más directamente ver rosarios y collares en su habitación; o llegar a desaparecer sin motivo durante todo un fin de semana, son distintos síntomas de alerta a tener en cuenta por los padres, tal y como explican a La Tribuna desde el Grupo de Información de la Guardia Civil en Toledo.

El sufrir acoso escolar es otro elemento de riesgo, ya que muchos pandilleros eran antes víctimas de 'bullying'. La captación por parte de una banda les da seguridad o les abre la puerta a evitar los abusos de los mismo pandilleros. Es una oferta irrechazable. «Saben las carencias de cada chaval, y las explotan. A ti te gustan las drogas, te doy drogas; tú necesitas seguridad, yo te protejo... y así empiezan».

Los pandilleros no suelen proceder de familias problemáticas, sino todo lo contrario. «Le puede tocar a cualquiera», alerta la benemérita.

La música y la moda es otra de las autopistas de acceso a las bandas, por lo que es muy importante la formación de los más jóvenes para saber anticiparse al peligro. «No se puede generar alarma social, pero tampoco se puede ignorar la realidad», advierten desde la Guardia Civil sobre este nuevo tipo de criminalidad juvenil.