Antonio Pérez Henares

PAISAJES Y PAISAJANES

Antonio Pérez Henares


Hay partido

31/03/2023

Dejando a las encuestas aparte, pues cada vez más y en la mayoría de los casos son aportes propagandísticos, y en el caso del CIS de flagrante manipulación dolosa, algo empieza a moverse en Castilla-La Mancha o, al menos, esa percepción de que no es imposible el cambio está haciendo fijar la atención nacional hacia la región.
Hasta ayer, y por encima de declarativas, la credibilidad política en tal sentido hace ya mucho que está por debajo de la de los vendedores de crecepelos, la impresión establecida es que el PSOE y Page parecían muy sólidos y que las posibilidades del PP de un vuelco, más allá de algún subidón provocado por triunfos ajenos, como el de Moreno en Andalucía, no se las creían ni ellos. A lo mejor algunos en la región soñaban con ello, pero en el estado mayor de Génova 13, no había quien lo considerara dentro ya no solo de lo probable sino ni siquiera casi de lo posible.
Y eso es lo que ha cambiado. No es que se crean demasiado los sondeos ni que les haya entrado una euforia repentina. Nada de eso, pero el equipo de Feijóo comenzó a vislumbrar que había al menos posibilidades y con el transcurrir de los días ha ajustado el punto de mira. Entienden que las opciones son reales, que hay líneas importantes de avances por ayuntamientos y diputaciones y que la propia Presidencia de la Junta puede estar al alcance. Esa es la clave de los movimientos sincronizados y en cascada que se han ido sucediendo a lo largo de la semana y que van a ser la pauta para los dos meses que vienen.
La dirección nacional de los populares tiene datos alentadores y, sobre todo, se están fijando en uno que resalta y define la situación. La estimación de voto para unas elecciones generales, y hay más y mejores estudios demoscópicos de ello que para las locales, les resulta claramente favorable. La sigla PP aventaja a la del PSOE y obtendría un mayor número de diputados. Gana en todas las provincias con la excepción de una que apunta a empate con ligerísima ventaja socialista. Sin embargo, el color cambia, no es nada nuevo, sino algo crónico y bien sabido, cuando se trata de autonómicas y municipales.
Así ha sido muchas veces, con la excepción conocida y fugaz de María Dolores de Cospedal, que, por cierto, reapareció en el acto del pasado lunes en Madrid y no es baladí que lo hiciera, pero que ahora tiene un matiz muy marcado y diferenciador. Los liderazgos nacionales pesan en esta ocasión y de manera bien contradictoria. Sánchez es el peor lastre de los unos y Feijóo el mejor aval de los otros. Al revés que en otras ocasiones, quienes ahora esconden al jefe, lo es y le obedecen con total sumisión a pesar de sus asquitos y pellizos y, hasta la sigla, son los socialistas que cruzan los dedos porque no se les mezcle y que aparezca cuanto menos mejor por estas tierras. Mientras lo otros, si por ellos fuera, tendrían a su líder máximo a diario y lo pasearían en procesión por todas las plazas y los pueblos de Castilla y de Las Mancha y además acompañado de los otros iconos del partido, como la madrileña Isabel Díaz Ayuso y el andaluz Juanma Moreno, limítrofes y cada uno con su marcada y diferente personalidad política, ejemplos para muchos.
Con esos mimbres en la mano es con lo que ha empezado a tejerse la cesta. Eso es lo que se ha comenzado a notar y en ello se centran las esperanzas peperas: en que las percepciones electorales generales y locales tiendan a acercarse. No es fácil, pero han detectado también algún otro elemento alentador. Sectores económicos y empresariales regionales que antes los desdeñaban han iniciado maniobras de aproximación. Y esos no dan puntada sin hilo. Significa que ellos también están calculando posibilidades y sin que se note mucho ni cambiar de vela poner por si acaso una a cada uno.
La dirección nacional ha empezado también a mover sus fichas por todas las provincias para ahora y para el futuro. Por hoy solo señalaré la muy señera de Toledo y su Alcaldía. Más difícil todavía que la Junta, pero donde han enviado a quien consideran uno de sus activos con mayores perspectivas, Carlos Velázquez. La encomienda encargada aparece como casi una quimera, pero dar la batalla y darla a fondo creen que tendrá premio. Milagros Tolón sabe que no puede confiarse y no lo está haciendo. A los que le cantan la 'absoluta' les dice que habrá que pelear hasta el último concejal. Propio o aliado.
Vamos y para concluir. Que hay partido y que tiene pinta de que va a trabarse y ser mucho más reñido de lo que podía pensarse. Al único que no le ha cogido por sorpresa, eso también se lo digo ha sido al protagonista principal, a Emiliano. Cuando decidió volver a presentarse, que hubo momentos en que no lo tenía personalmente nada claro, era muy consciente de que en el campo político hay muchos más cardos que orégano. Él es quien menos se creía las encuestas que le daban sobrado y por ello las encarga al que más atina y las de Tezanos se las echa a las cabras, que se lo comen todo. Las que tiene le mantienen en Fuensalida. Pero por poco y hasta el rabo todo es toro. Y los mansos son quienes te meten las peores cornadas.