Jesús Morales

Nada particular

Jesús Morales


Reviente usted ahora

14/02/2023

He escrito lo bien que se debía vivir cuando firmó el artículo 'Vuelva usted mañana' el genial Larra por más que se quejara de la pasmosa burocracia española. Era en el siglo XIX cuando lo publicó y aunque muchos años pasaron, lo que no pasa ni a empujones es la matraca burocrática. Les cuento: tuve que sacar dos certificados la semana pasada comprobando con fastidio que la cantinela de Larra sigue siendo igualmente un martirio ahora mismo, aunque se pueda cambiar el titular de su artículo que creo hoy encaja mejor: 'Reviente usted ahora'; les cuento la desmedida aventura de la irritante mañana.
Salí de casa con tiempo suficiente, creía yo, para terminar la tarea que consistía en obtener un certificado de empadronamiento y una fe de vida nada más. Y nada menos. Sacar el certificado de empadronamiento lo hice ya varias veces y no suponía novedad; lo diferente fue cuando al entrar en las oficinas me preguntaron si tenía cita previa. Cómo me debí poner y cuál sería la expresión de mi cara que la funcionaria al verme me dijo que no me pusiera así, que llamara al teléfono que estaba impreso en un papel y que si no me contestaban ella se encargaba de facilitarme la cosa; una señora amabilísima. Todo esto sin que yo abriera la boca. Llamé y efectivamente me dieron cita. Todo el protocolo era nuevo para mí aunque había hecho idéntica operación unos meses -pocos meses- atrás.
Conseguido el certificado gracias a la amabilidad de la funcionaria no a la demoníaca cita previa fui al juzgado, a lo que llaman Palacio de Justicia, situado muy cerca de la Casa Consistorial. Al entrar el guardia civil de la puerta me preguntó por el motivo de mi visita. Contesté que conseguir una fe de vida, el guardia hizo un gesto y me informó que no, que los secretarios de justicia estaban en huelga indefinida y era imposible saber cuándo volverían a sus tareas. Pase por aquí en unos días, quizá dentro de una semana… Gran fiasco.
No me gustaría que se hicieran la idea de que soy anacrónico e imposible para las novedades aunque si es así tampoco me importa mucho, sobre todo cuando tales inventos pretenden perpetuar unos servicios mastodónticos y nada eficaces a lo largo de los siglos y que con la llegada de las nuevas tecnologías no sólo no hacen avanzar la sociedad sino que se encapsula en sus propios vicios y si hay alguna mejora es merced al comportamiento individual como me ocurrió con la señora del ayuntamiento. Delegaciones, municipalidades, bancos y demás entidades que creyeron que la nueva tecnología era la panacea para el ahorro de nóminas piénselo mejor, les aseguro que no estamos para reventar por su equivocadísima idea de lo que es el progreso.