«Como especie caemos en la trampa de cuantificar todo»

F. J. R.
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El físico teórico José Edelstein estará mañana en Toledo de la mano de Ediciones Universo Oculto, a las 18:30 horas en el centro cívico de Padilla, para hablar en una charla abierta al público de 'Enigmas del universo, los agujeros negros'

Como especie estamos cayendo en la trampa de cuantificar todo» - Foto: Elena Mora

José Edelstein (Buenos Aires, 1968) ejerce como profesor de física teórica en la Universidad de Santiago de Compostela y como investigador en el Instituto Gallego de Física de Altas Energías. Sus trabajos están relacionados en campos como teoría de cuerdas y con los fundamentos de las teorías de gravedad cuántica, y ha llegado a escribir el prólogo del libro de Stephen Hawking 'Breve Historia del Tiempo' en su versión en castellano. Estará mañana en Toledo de la mano de Ediciones Universo Oculto, a las 18:30 horas en el centro cívico de Padilla, para hablar  en una charla abierta al público de 'Enigmas del universo, los agujeros negros'. 


¿Qué nos puede adelantar de su conferencia?

La idea es hablar de los agujeros negros. Esos objetos astronómicos que son paradójicos, pues son la ausencia en sí mismos. No están hechos de material sólido, ni líquido, ni gaseoso, sino que es espacio-tiempo deformado que atrae a las cosas que hay a su alrededor pero sin que exista ningún objeto material en el lugar, en foco de esa atracción. La historia de los agujeros negros es fabulosa y viene de ideas del siglo XVIII, donde fue intuida su existencia, pero en el siglo XX, en 1915, cuando apareció la teoría de la relatividad general de Einstein, que es la teoría que hoy tenemos para explicar la gravitación. Y muy poquito después hubo un señor llamado Karl Schwarzschild que le mandó una carta a Einstein en la que la que mostraba que la teoría predecía la existencia de unos objetos como estos. Es tan inverosímil la naturaleza de estos agujeros negros que durante 50 años poca gente creyó que fuera algo real. 

Pero en la década de los 60 hubo un trabajo muy famoso de Roger Penrose, un matemático legendario, que demostró que los agujeros negros eran inexorables y que sí que eran objetos que, si la teoría general era correcta, tienen que existir. Esto le dio el Premio Nobel en 2020. 

Y ya el siglo XXI es el de los agujeros negros, porque es cuando hemos comprobado su existencia en abundancia. Hoy en día no solo vemos agujeros negros tragarse estrellas sino que vemos estrellas orbitar agujeros negros, vemos agujeros negros sacudir el tejido del espacio-tiempo y, lo último, hace unos pocos años vimos fotos de agujeros negros.

¿Qué es lo que pasa cuando algo entra en un agujero negro?

Tiene una frontera que solemos llamar horizonte de sucesos o de eventos y, como se suele decir que todo lo que ocurre en Las Vegas se queda en Las Vegas, todo lo que ocurre en un agujero negro se queda ahí. Es literal. Si la luz ingresa dentro de ese horizonte de eventos ya no puede escapar, y como la luz es lo más rápido que conocemos en este universo, pues nada puede escapar. No sale nunca más. El interior de un agujero negro es bastante misterioso, incluso a nivel teórico. Solo entrando en él podríamos saber algo, algo que no es muy recomendable para la salud ni a lo que estoy dispuesto.

La teoría de la relatividad general nos describe lo que ocurre en una parte de su interior. No muy cerca, pero sí de una parte. Lo que hemos aprendido a nivel de física teórica es que es una buena idea, aunque uno no pueda acceder, jugar teóricamente con lo que ocurriría ahí. Porque jugando con la teoría uno descubre inconsistencia que obligan a cambiar la teoría.

Todo lo referente a la ciencia ficción que nos habla de agujeros negros y viajes en el tiempo o teletransportación, ¿en qué punto de está?

Aunque parezca increíble es algo que se explora bastante con los agujeros de gusano, que son pares de agujeros negros cuyo interior esta conectado. Ha llevado a muchos autores a hablar de ello, como Carl Sagan con su novela 'Contacto', o la película 'Interstellar', basada en un libro que escribió Kip Thorne, premio Nobel de física y quizás el mayor experto en agujeros negros del mundo. Y el tema es algo que en principio puede ocurrir. 

Eso toca con lo que te he dicho antes, en principio puede ocurrir, pero hay que ver si se puede formar. Un agujero se puede formar porque una estrella agota el combustible nuclear y si es lo suficientemente grande colapsa y acaba produciendo el agujero negro. ¿Cómo se produciría un agujero de gusano? Aún no lo tenemos muy claro.

La charla lleva el antetítulo de 'Enigmas del Universo', además de los agujeros negros, ¿cuáles son? 

Son muchos. En ciencia, ante cualquier respuesta a una pregunta inmediatamente surgen diez preguntas nuevas que antes no se te podían ni llegar a ocurrir. El cerebro es un gran enigma, cómo funciona y como ha podido surgir de la pura química y biología, es algo muy sorprende.

El 'Big Bang' es otro enigma. Tenemos evidencias muy fuertes de que el universo fue muy pequeño y muy caliente en el pasado, pero no entendemos muy bien cómo se produjo. Por qué hubo un inicio del universo, o ni tan siquiera si hubo un inicio. La ciencia es un gran puzzle sin páginas de soluciones.

El de dónde venimos es evidentemente uno de los grandes enigmas... y el proceso de desaparición de un agujero negro también lleva muchas preguntas… los enigmas son muchos.

Usted, como físico teórico, ¿cree en la existencia de un Dios, de un creador único?

No, yo a título personal soy ateo. Y respondiéndote como científico te digo que la ciencia es intentar encontrar buenas preguntas que uno pueda responder de la manera más objetiva posible, que pueda ser comprobable por otros. Y la pregunta cuya respuesta es Dios no pertenece a la ciencia. No se me ocurre ninguna pregunta científica cuya respuesta sea Dios. 

Uno puede decir, ¿cómo que no? La existencia del universo. Pero usar a Dios como existencia del universo produce un obvio problema, que es quién creó a Dios. Y por otro lado, que un Dios capaz de crear un universo no satisface las leyes de la ciencia, porque no puede producir semejante espacio mágico. Se produce una inconsistencia automática. Si hay un ser que violentó la leyes de la ciencia, eso quiere decir que se pueden violentar en cualquier momento y eso va contra los axiomas que sustentan el edificio de la ciencia.

La ciencia y Dios no se llevan muy bien, pero eso no quiere decir que no haya científicos religiosos; por supuesto que los hay. Pero creo que la creencia en Dios pertenece más a la esfera personal que a la científica. En principio ningún científico que conozco mezcla las cosas, están en su trabajo y jamás utilizan la hipótesis de Dios para explicar el origen del universo. 

¿Y hay varios universos? Ahora está muy de moda el concepto de multiverso con las películas de superhéroes. 
Obviamente la respuesta no la sabemos. Pero lo que sabemos hoy del nuestro convierte en más natural que haya muchos de ellos que lo contrario. Simplemente porque el nuestro tiene algunas características tan extrañas que no es típico, no es el promedio. Es bastante raro, y eso invita a pensar en un conjunto enorme. Pero no hay manera de que exista contacto con otros universos, es una hipótesis que no puede ser comprobada. 

¿Todo lo que hay en nuestro universo se puede cuantificar?
Uno siempre puede convertir las cosas en número, pero hay cosas que no son cuantificables porque hacerlo les quita el valor cualitativo. Siempre me gusta poner el ejemplo de qué es El Quijote y responder que medio kilo de papel con cien gramos de tinta convenientemente distribuida. Eso es una verdad como un templo, y una forma de cuantificar el Quijote. Todo eso son números que puedes calcular, pero ninguno de esos números tiene ni una ínfima fracción del valor que tiene El Quijote, porque su valor pertenece al universo simbólico. Lo que está ahí escrito con caracteres recrea una historia que mueve otras cosas que no son cuantificables.

Lo que sí es un peligro es convertir todo en algo cuantificable y creo que como especie estamos cayendo un poco en esa trampa. Sobretodo con la proliferación de los teléfonos móviles y de las apps que, por ejemplo, te calculan el número de pasos que diste en el día quieras o no quieras. Una persona que vivía muy tranquila puede tener la preocupación de que cuando habla con otra y compara sus pasos puede llegar a descubrir que da un 10% de los pasos que dan las personas que le rodean. Y eso empieza a ser una preocupación en tu vida cuando antes no la tenías. Porque has decidido cuantificar algo.

Otro ejemplo son los likes en redes sociales, que cuantifican cuán apreciado es uno por los demás, pero no es muy representativo de eso y puede generar frustración, depresión… 

¿Es la primera vez que viene a Toledo?

He estado cuatro o cinco veces. Para mí es una ciudad muy interesante porque soy judío. Aunque soy de la rama que viene de Europa oriental (Lituania, Polonia, Rumanía, Hungría…), pero para el pueblo judío Toledo tiene una resonancia muy importante. Fue un lugar donde floreció la cultura y en ese sentido está marcado en mi mapa sentimental. Es una ciudad hermosa.

¿Conoce las sinagogas de la ciudad? 

Nunca había entrado en las sinagogas de Toledo hasta este verano. Porque no me gusta pagar por entrar en una sinagoga. La del Tránsito me encantó y me emocionó muchísimo. Y la de Santa María la Blanca me dejó muy mal sabor de boca. La han dejado como estaba con una enorme cruz y eso no recupera la historia. Habría que eliminar algunos elementos que no la hacen una sinagoga.

Viene a hablar de los enigmas del universo y Toledo es una ciudad muy relacionada con el misterio, con la leyenda, ¿cuál es la que más le llama la atención?

La verdad es que no las conozco, pero me llama la atención esa supuesta historia de que los judíos que se fueron de Toledo se llevaron las llaves de su casa y durante mucho tiempo las conservaron para volver. No sé lo que habrá de cierto en esto, pero metafóricamente es algo muy fuerte. La sola existencia de eso es un mito muy poderoso. Es increíble.