Impotencia y ansiedad son dos sentimientos que se repiten en el pintor Javier Sánchez cada vez que se enteraba del asesinato de una mujer a manos de su pareja. «Yo tengo que hacer algo», se dijo. Y como lo único que sabe hacer es pintar, cogió los pinceles, y se puso a desarrollar retratos ficticios de mujeres maltratadas.

Este es el origen de la muestra de acuarelas que se expone hasta final de mes en la Universidad Laboral. La idea de Javier era crear una muestra de retratos de mujeres de cara al 8M. Su intención, apunta el artista, era tenerla preparada para después buscar fecha y ubicación. Así que cada vez que se enteraba del asesinato de una mujer, le hacía un retrato ficticio, basado en ocasiones en personas conocidas, pero a la postre inventados. La pintura cobra vida propia y se transforma en malas caras y gestos tristes de mujeres que han sufrido la violencia en sus carnes.

En la Laboral. La muestra, inaugurada recientemente con la presencia del expresidente de la Junta de Comunidades Jesús Fuentes, amigo del artista, va a estar en la Universidad Laboral a lo largo de todo el mes de marzo. Su desembarco allí venido «por una carambola», pero una de esas carambolas que se tienen que buscar.

Acuarelas en La Laboral contra los asesinatos de mujeresUna conocida por aquel entonces, ahora amiga, Guadalupe Ávila, vio en redes sociales una acuarela de la muestra y se interesó en comprarla. Fue a casa de Javier, contempló toda la serie y le propuso exponer en La Laboral, donde es profesora de Geografía e Historia. El centro escolar está celebrando este año su primer medio siglo de historia con una serie de actos coordinados por Manuel Sánchez Rosado. Así surgió esta muestra en torno al 8M «que principalmente quiere poner el acento en los asesinatos y los malos tratos».

El artista buscaba mostrar estas pinturas, más allá de en alguna galería en un lugar concurrido, «donde está la gente, y en concreto, la juventud, porque si no empezamos a educarlos desde el principio, mal vamos». Allí incluso ha buscado la complicidad de los alumnos, que debajo de cada uno de los cuadros han puesto los datos de alguna mujer real asesinada. Muchos de ellos, recuerda Javier, se sintieron superados «pero creo que es bueno, porque tanta muerte te supera, creo que lo han asumido».

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