Culpable del homicidio de su pareja tras confesar la autoría

J.M.
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La Fiscalía rebaja la petición de prisión a la mitad, un total de nueve años y medio, por el reconocimiento de los hechos y la satisfacción de los 120.000 euros de responsabilidad civil

La principal acusada entrando en la Audiencia. - Foto: Ismael Herrero/EFE

Carmen protagonizó ayer un interrogatorio infrecuente. La acusada de matar a su pareja sentimental insistió en que reconocía los hechos entre expresiones de angustia para aligerar el juicio. Tanto, que a las dos horas de inicio, el jurado se sentaba ya a deliberar por la renuncia al resto de pruebas; media hora más tarde, la magistrada escuchaba el veredicto de culpabilidad por unanimidad. Mientras, la fiscal había rebajado la petición inicial de 15 años de cárcel por homicidio y otros cuatro por lesiones a otra familiar de la víctima. De esta manera, el ministerio público solicitaba definitivamente, por la aplicación de atenuantes, nueve años de cárcel por la puñalada mortal a Matías y 6 meses más por la otra agresión.

Los nueve integrantes del tribunal del jurado (siete hombres y dos mujeres) resolvieron rápidamente el veredicto. «Es bastante obvio», manifestó el portavoz por la confesión de la procesada, el examen forense y la testifical de los policías que encabezaron la investigación.

Estos fueron los ingredientes de un juicio previsto hasta el viernes, pero que quedó resuelto enseguida. Carmen reconoció los hechos, pero aseguró que no vio en el momento de la puñalada mortal a su marido en mitad de una reyerta entre su familia y la de su pareja. «No quiero revivir esos momentos. Lo estoy pasando muy mal. Volver a vivir esos momentos es muy duro», vino a decir la procesada durante el interrogatorio.

Carmen, que huyó durante cuatro meses hasta que fue detenida por los investigadores, negó que fuera al encuentro con la familia de su pareja sentimental con el cuchillo sino que se lo encontró por casualidad en el lugar, una propiedad en la urbanización Calypo-Fado de Casarrubios del Monte. «Lo cogí del suelo», señaló y negó que tuviera la intención de clavar el arma blanca.

«Fui a disculparme en tono pacífico», detalló sobre el viaje a la urbanización Calypo Fado junto con otras familiares suyas. Horas antes, la procesada había mantenido una discusión con mujeres familiares de su pareja sentimental en el Hospital Nuestra Señora del Prado de Talavera. La tarde de Navidad de 2018. Como represalia, supuestamente, la otra familia causó daños en la vivienda de la madre de la acusada en Méntrida.

Fueron los antecedentes de la agresión mortal contra Matías, de solo 26 años y con una hija en común con Carmen. «Reconozco todo, sí», dijo a la fiscal antes de aseverar que tiene «distorsionado» lo que sucedió después de la agresión, que alcanzó el corazón de Matías.

La forense pormenorizó que la puñalada atravesó el ventrículo derecho del corazón. Se trataba de una herida que no era incompatible con la vida, pero finalmente Matías falleció minutos después. «Es imposible que fuera accidental», recalcó sobre el ataque por la necesidad de fuerza para alcanzar el órgano vital.

La fiscal modificó la petición de pena inicial por la atenuante de la confesión y por la reparación del daño con la consignación de los 120.000 euros de responsabilidad por parte de la procesada: 80.000 euros para la hija de ambos y 40.000 euros para los padres de la víctima mortal. Como agravante, mantuvo la condición de parentesco entre la acusada y el fallecido.

La petición de la fiscal incluye la prohibición de acercamiento a la menor por parte de la madre en un periodo de cinco años.

Además, la fiscal pìde otros seis meses de prisión contra la procesada por un delito de lesiones con arma blanca contra otra familiar de su pareja sentimental en el mismo lance. De poco sirvió que la víctima adujera cuando ocurrieron los hechos que se había lesionado al cortar un jamón.

La otra procesada, Felisa, tía de la principal acusada, se enfrenta al final a una petición de 6 meses de prisión por encubrimiento durante la huida, pero la Fiscalía no se opuso a que la pena pueda ser suspendida por no tener antecedentes.