Últimamente los Consejos de Participación Ciudadana son objeto de crítica por su escasa utilidad para aplicar las propuestas que en ellos aprueban tanto vecinos como concejales. Sin embargo, estas reuniones sí que sirven para que los vecinos alerten al equipo de Gobierno local de los problemas que sufren en su día a día. En la última sesión del consejo del Distrito Centro, varios vecinos del Poblado Obrero asistieron por primera vez a una de estas citas, como ellos mismos dijeron, para hacer llegar al Consistorio su problemática.

La primera de las reivindicaciones que estos vecinos hicieron tiene que ver con una parcela «abandonada» que se encuentra junto a las viviendas de la avenida Lorenzo de la Plana, entre el Poblado Obrero y Vega Baja. Dicha parcela supone un problema para los vecinos porque estos denuncian que su estado de deterioro ha traído «mierda, ratas, culebras y hasta árboles podridos».

La zona señalada no es propiedad del Ayuntamiento de Toledo, sino del Invied (Instituto de Vivienda, Infraestructura y Equipamiento de la Defensa), de ahí que no se actúe sobre ella. Principalmente por eso, los vecinos denuncian este problema, porque alegan que cuando han informado al Consistorio de estas plagas que allí se generan o del estado de insalubridad actual, desde el organismo municipal les trasladan que no pueden hacer nada al no ser la parcela de su propiedad. 

Los propios afectados admitieron que la zona fue adecentada hace ya varios años para evitar esta misma situación, pero al no tener una vigilancia continua la situación se ha vuelto a repetir o, incluso, se ha agravado. Por ello, la reivindicación vecinal reside en que conociendo que no son sus competencias, por lo menos, se avise a quién sea necesario para mantener la zona decente, ya que afecta a la salud del vecindario. 

El vecino que hizo de portavoz en el Consejo de Participación Ciudadana del Distrito Centro afirmó haber matado «más de 40 ratones» que llegan a meterse en sus casas. Este también manifestó que ante sus viejas reivindicaciones se colocaron unas pequeñas trampas para roedores en las esquinas de la parcela, lo que a su juicio «no tiene ninguna utilidad», porque «son demasiado pequeñas para los roedores que allí viven» y porque «se ubican en puntos que son realmente difíciles de encontrar para los propios animales», detalló.

La respuesta que el vecino del Poblado Obrero recibió por parte de los representantes municipales es que su demanda sería trasladada a los servicios de Limpieza y Medio Ambiente para que ellos tomaran las decisiones que crean pertinentes.

FIBRA ÓPTICA. Otra de las problemáticas presentadas por los vecinos en esta sesión tiene que ver con los inconvenientes que encuentran los vecinos del barrio para instalar fibra óptica. Estos explicaron que los cables necesarios para su instalación se ubican en postes a gran altura que se cuelan «en casas o parcelas privadas», y para que los técnicos procedan a su instalación necesitan acceder a las mismas, obteniendo la negativa «en muchos casos» de los propietarios. Esto acaba porque muchos de los vecinos del barrio no tengan acceso al disfrute de la fibra óptica en el Poblado Obrero. El Ayuntamiento admitió conocer la problemática y transmitió a los afectados estudiar el caso para buscar soluciones al respecto.