Ganaderos resignados ante la inmovilización de ovino y caprino

Lola Morán Fdez.
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La medida adoptada por el Gobierno regional ante la viruela en ovejas y cabras supondrá un sobrecoste para los ganaderos, al limitar las salidas solo al matadero

El ovino es el sector al que más inconvenientes plantea la inmovilización de explotaciones. - Foto: Jonathan Tajes

Los ganaderos de ovino y caprino afrontan «con resignación» la inmovilización del ganado que, desde este martes 7 de febrero, está decretada por parte del Gobierno regional en todas las provincias, a excepción de Guadalajara, para hacer frente a la viruela. Una medida que, como reconocieron a La Tribuna dos de los profesionales afectados, es necesaria para evitar que los daños vayan a más y se tenga que sacrificar a todo el ganado si una cabeza de ovino o caprino da positivo en esta enfermedad vírica que afecta a estas dos especies.

Por el momento, se han confirmado casos en las provincias de Cuenca y de Ciudad Real, lo que se ha traducido en la inmovilización del ganado ovino y caprino, que solo podrá salir para ir al matadero. No será posible para llevarlo hasta los cebaderos, lo que ocasionará gastos extra a los ganaderos durante el tiempo que dure este 'confinamiento', fijado por el momento en dos meses.

Supone «un palo más en las ruedas» para un sector que aún no se había recuperado de la crisis a causa del incremento del precio de los piensos, del gasoleo, electricidad y demás gastos asociados a su actividad, tal y como señaló José Muñoz, ganadero de Mohedas de la Jara que cuenta con una explotación bovina con unos 1.200 corderos.

La mayoría, como explicó, los lleva al cebadero, por lo que esta inmovilización le acarreará un coste añadido al tener que asumir la alimentación del ganado el tiempo que se extienda la medida. Por el momento, no ha tenido aún que comprar pienso extra, pero prevé que tendrá que hacerlo en las próximas semanas.

Además, apuntó que al no poder dar salida al ganado, tampoco habrá espacio para más ovejas en su explotación. A ello sumó que la mayoría de profesionales del sector están «metidos en una serie de pagos de inversiones, de hipotecas» y esta medida agravará su situación económica si se dilata en el tiempo. De ahí que esperen «que se quede en lo que está», se controlen los casos detectados y no llegue a más explotaciones.

De igual manera, abogó por que se concedan ayudas ya no solo si hay que sacrificar animales por este motivo, sino para paliar el coste añadido que supondrá no poder llevarlos al cebadero, algo que afecta al ovino en particular.

En esta misma línea se pronunció Miguel Ángel Paredes Montealegre, ganadero de ovino y caprino de Campillo de la Jara,  quien precisó respecto a las ayudas que en la reunión celebrada este martes con la directora general de Agricultura y Ganadería, Cruz Ponce, se trasladó que habría subvenciones también para aliviar el gasto extraordinario que este cierre generará en estos sectores.

«Lo que queremos es que solucione el problema lo más rápido posible», trasladó Paredes, quien también ve necesaria esta inmovilización para evitar que la viruela se extienda a más cabañas ganaderas. Además, quiso recalcar que los consumidores no deben estar preocupados puesto que todos los animales que salgan al matadero no estarán contagiados.

«No nos queda otra», expuso este ganadero de la comarca de la Jara, quien señaló que en el sector están «expectantes» con lo que pueda suceder, puesto que, por lo general, después de Navidades es cuando más movimiento hay de corderos al cebadero, algo que ahora no es posible. Para Navidades, por su parte, sale más cordero lechal al matadero directamente.

Pese a que esta inmovilización supondrá por todo una situación difícil para estos ganaderos, «al tomar una medida tan restrictiva, tan seria de paralizar el movimiento del ganado, se podrá controlar quizá el foco rápidamente». Es la esperanza para este ganadero, quien no obstante lamentó que, «como solemos hacer siempre, los ganaderos tendremos que poner las costillas porque aunque somos los que producimos, somos el último eslabón de la cadena».

Haciendo cálculos, y «tirando por lo bajo», Paredes estimó que este coste añadido podría ser de 0,50 euros por cabeza de ganado, algo que además llega en un contexto en el que la subida de precios sigue presente. Por ello, trasladó su deseo por que no caigan los precios que reciben por su producto.