Durante los últimos años, el número de mujeres que dirigen proyectos de investigación en un ámbito como el Hospital Nacional de Parapléjicos se ha incrementado. Pero aún allí todavía están lejos de alcanzar la igualdad. Para hacerlo, trabajan mujeres como Juliana, que alterna su faceta como investigador principal con una importante labor en pro de la divulgación y, de paso, de la igualdad.

Juliana Martins Garrosa lleva tres años trabajando en Parapléjicos y desde hace un año es Investigadora Principal en un proyecto de investigación en plasticidad neuronal en el área de Neurociencia. Trabaja con las células gliales, estudiando su control sobre la actividad neuronal. Sus estudios tratan de ver si una modulación de las células gliales puede controlar la respuesta neuronal. Con ello, por un lado trata de potenciar una readaptación del cerebro a diferentes traumas y enfermedades, encontrando nuevas estrategias terapéuticas, incluso farmacológicas, para controlar la actividad neuronal a través de la glía. Por otro, busca biomarcadores funcionales para enfermedades.

Juliana es farmacéutica. Salió de Brasil hace quince años para hacer su doctorado en la Universidad Autónoma de Madrid. Siguió estudiando en Cambrige y en California. Hasta que volvió a España para tratar de establecerse como científica independiente. Así se incorporó a Parapléjicos, con un contrato europeo, y el pasado año por fin consiguió un contrato del Ministerio para iniciar su propia línea y su propio grupo.

Trabajo en el laboratorio, la divulgación y la igualdad - Foto: Carlos MonroyAquí está al frente de un proyecto de Neurofisiología Experimental y Circuitos Neuronales, compuesto por dos investigadores jefe, incluida ella, seis técnicos de laboratorio y tres estudiantes.

Investigación y difusión. Juliana es una de las cinco investigadoras principales, que en estos momentos trabajan en el Hospital Nacional de Parapléjicos desde áreas como Clínica a Investigación Básica. Ellas, se lamenta, no llegan al 20 por ciento de los altos cargos en la ciencia de un espacio como este, en el que existen 17 grupos. Este «es el panorama que se ve no solo en España, sino en otros países también, y no solo en la ciencia, sino en otras áreas también», se lamenta la investigadora. Y eso que durante los últimos cinco años está creciendo mucho el número de mujeres como investigadora principal en lugares como Parapléjicos, donde se está incentivando.

Juliana Martins lo tiene claro, para acabar con esta situación, son necesarias políticas que favorezcan la permanencia de las mujeres en la ciencia, y un incentivo para que no desistan «e intentemos llegar hasta el máximo que podamos».

Ella no solo es científica, sino también divulgadora. En ese sentido, desde el Comité de Divulgación que preside, están tratando de dar referentes femeninos a la nueva generación de niñas, «para que vean que las mujeres científicas no solo estamos aquí, que en ocasiones somos vecinas de ellas, que vean que esta es una profesión como cualquier otra y que lo que hacemos dentro de los laboratorios tiene su repercusión en la sociedad, y que somos válidas para esto».

En ocasiones el problema para que las niñas se interesen por la ciencia es la falta de referentes. Lo que el Comité de Divulgación quiere cambiar es que los referentes en ciencia siempre hayan sido hombres, «queremos dar el referente femenino».

Para Juliana Martins es imprescindible, «tenemos que demostrar que hay que tener una igualdad en todos los ámbitos de la vida, en lo profesional, también, y tenemos que luchar por mostrar nuestro valor y nuestra presencia dentro de ciencia». Es una lucha de siglos que todavía continúa, «estamos mejorando poquito a poco, a pasos lentos, pero también hay muchas políticas que hoy en día lo están favoreciendo».

En este ámbito la divulgación hace una doble labor, de dar referentes femeninos, y mostrar la importancia de la ciencia a la sociedad, porque «los resultados de la ciencia son importantes para la sociedad en general, para que podamos vivir más, tengamos más confort o más libertad». La ciencia debe ponerse en el foco y ahí entra también el papel de los propios científicos, «para hacer ver que también es divertida». Para eso van a la calle, a los colegios o a los programas de televisión «mostrando nuestro día a día».