Cantos en swahili y bailes en honor a santo Domingo de Guzmán

J.S.
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Las seis monjas keniatas del monasterio toledano de Santo Domingo Real celebraron esta mañana con alegres cánticos y un coreografiado baile el día en el que la Iglesia recuerda a Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de los dominicos

Hoy era un día de alegría en el monasterio de Santo Domingo en Real como en el resto de congregaciones de la Orden de los Dominicos, fundada por el burgalés Santo Domingo de Guzmán que la Iglesia católica recuerda cada 8 de agosto.

Una alegría que la monjas keniatas que viven en el cenobio toledano han celebrado tras la Eucaristía con cánticos en swahili y un animado y coreografiado baile que han vuelto a sorprender a los fieles toledanos que las han acompañado en la celebración de su fiesta grande. De hecho no han faltado las palmas para acompañar a las seis hermanas que han demostrado  sus dotes musicales como ya hicieran la pasada Navidad en la inauguración del belén municipal que se situó en el atrio de monasterio dominico o en la Vigilia Pascual del pasado Domingo de Resurrección.

La misa en honor a Santo Domingo de Guzmán comenzó a las once de la mañana y estuvo concelebrada por diez sacerdotes encabezados por Manuel Arnaldos, capellán del monasterio. Al acto religiosos asistieron feligreses del barrio, así como miembros de la Cofradía del Redentor, que tiene su sede canónica en Santo Domingo el Real, así como una representación de la Confraternidad de Operarios del Reino de Cristo de la parroquia de San Pedro Apóstol de Olías del Rey con quien están hermanados.

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Las seis hermanas keniatas no dudaron en cantar y bailar para demostrar su alegría por la celebración.
Las seis hermanas keniatas no dudaron en cantar y bailar para demostrar su alegría por la celebración.
Varios feligreses felicitan a las monjas por su patrón.
Varios feligreses felicitan a las monjas por su patrón.

Siempre con una sonrisa en el rostro, estas monjas dominicas, cuyo lema es 'Oración y sacrificio', han ofrecido tras la Eucaristía en honor a Santo Domingo de Guzmán una refrescante limonada y unas pastas elaboradas por ellas, que han hecho las delicias de los presentes, que las han disfrutado tanto como los cánticos y bailes, que siguen sorprendiendo a los toledanos y que pueden llegar a convertirse en un reclamo que ayude a la siempre precaria economía de monasterios y conventos como los toledanos.