Un cuartel abovedado en ladrillo con el patio de armas en la zona superior, una fortaleza en forma de cuadrado o una nueva muralla elevada en línea sobre las calles desde su actual ubicación hasta la Peraleda. Son las tres propuestas que tres alumnas de último curso de Arquitectura de la Escuela de Toledo han presentado en sus trabajo fin de curso para abordar la construcción del nuevo Cuartel de la Guardia Civil. Son solo algunos de los catorce trabajos presentados el pasado jueves en el edificio Toletum en un acto que contó con la presencia del director de la Escuela, Juan Mera, y de representantes de la Comandancia de la Guardia Civil.

El proyecto de Celia Peces consiste en una fortaleza con foso para evitar inundaciones. El cuadrado, recuerda, es históricamente una geometría que se defiende con facilidad por sus cuatro lados. De forma que ella ha propuesto un cuartel en un cuadrado, girado 45 grados en busca de la mejor orientación. La otra clave del proyecto es el gran patio de armas, que sigue la tradición urbanística de Toledo, inmuebles como el Alcázar. Sin embargo, Peces proyecta un edificio sobre una huella de 80.000 metros cuadrados y 44.000 construidos, de los que la mitad son terrazas y espacios exteriores no cubiertos; es decir, una densidad de edificación mucho más controlada que el histórico edificio, lo que le da una presencia en la ciudad y el paisaje más controlada. La propuesta concentra los usos oficiales del Cuartel en torno a un gran patio de armas, alrededor del cual del cual se sitúan las viviendas elevadas, lo que le aporta su privacidad. El patio tiene una ligera pendiente hacia un pozo central y un pórtico arbolado alrededor. Los usos oficiales, por su parte, se constituyen en pabellones independientes unidos.

El proyecto tiene en cuenta que la parcela proyecta está dentro de la llanura de inundación del Tajo, lo que ha querido evitar con un foso que protege al Cuartel de inundaciones en cien años y utiliza la tierra en un dique que lo protege por quinientos, lo que facilita además el espacio de aparcamientos. Alrededor del edificio, la estudiante ha trabajado en una operación de paisaje, que busca enraizarlo con la Peraleda e integrarlo, no se olvida de ello, en una zona de patrimonio visual del Casco. Tiene en cuenta tanto el impacto desde la propia zona histórica, como desde detrás del mismo edificio, integrándolo en el skyline del Casco. Es en este recinto exterior de paisaje, adaptado a las ruinas, donde el proyecto tiene en cuenta los restos aparecidos de antiguas huertas y acequias. «Al final el Cuartel que propongo es una pequeña ciudad que tiene como la plaza del pequeño pueblo, que podría usarse tanto para sus necesidades oficiales, como para el disfrute de la ciudadanía, algo que ahora mismo no tiene el Cuartel», resume Peces.

Tres originales propuestas para abordar el cuartelBóvedas integradas en el paisaje. La propuesta de Isabel Delgado utiliza una geometría circular, con un diámetro superior a los cuatrocientos metros. Es como un gran platillo integrado en la Peraleda. «El lugar no ayuda con un orden de trama urbana y hay que poner una geometría que lo haga», explica la estudiante. Su cuartel está basado, por lo tanto, en el círculo y en un sistema de terrazas, en el que el patio de armas de 36 metros de radio es la terraza más alta. Todo el espacio está abovedado y construido por ladrillo, lo que facilita la presencia de las terrazas, facilita una integración paisajística y frenar un posible problema de inundación. En este sistema abovedado se integran las viviendas, orientadas hacia el suroeste o oeste para que tengan sol; y las dependencias de la Guardia Civil.

Alrededor de todo el Cuartel, Delgado proyecta una muralla vegetal, con los álamos negros, los chopos y plátanos de sombra ya presentes en la Peraleda. También ayuda en la integración visual el hecho de que sea un edificio extenso pero muy bajo, no más de trece metros en tres plantas. De esta manera, el Cuartel quedará totalmente oculto desde el Casco. 

Una nueva muralla elevada. El original proyecto de Esther Martín atañe incluso a un proyecto distinto de la ciudad. Ha cogido como referencia para su Cuartel proyectos invasivos de otras ciudades que son unas retículas que se elevan sobre el suelo e invaden la zona urbana y conectan distintos puntos. En concreto, su proyecto es una retícula que comienza en el suelo del actual Cuartel, destinado a enorme plaza de armas de casi 10.000 metros (diez veces más que la actual) abierta hacia la avenida de Portugal, que se eleva sobre pilares metálicos y se mueve a través de la ciudad desde allí al terreno de la Peraleda y la ribera del río. Alrededor de la plaza, sobre una zona aporticada, estaría la comandancia.

Tres originales propuestas para abordar el cuartelEl nuevo Cuartel, por lo tanto, transcurriría sobre la ciudad sobre un porche con una altura mínima de 3,2 metros y una máxima de 8. Lo haría en paralelo con Barber, cruzaría por encima de la circulación y sobre la rotonda de 'los Luises' para pasar junto al antiguo Mayol y dejar la zona más tranquila de la Peraleda para las viviendas. «Se trata de intentar relacionar las oficinas y la zona dotacional de las viviendas, porque la idea de separarlas no nos acababa de convencer», explica Martín. Es una manera de unir lo público y lo privado, que aumenta mucho el número de viviendas, que serán de distintas tipologías e irán desde los treinta a los ciento veinte metros. Debajo de los porches se proyecta el aparcamiento de las viviendas o se puede hacer un parking subterráneo. La propuesta incluye finalmente una residencia para estudiantes y otra para interinos.