Tiene un físico atractivo y rotundo que indica que nos encontramos ante una mujer de carácter, porque Ana Milán, licenciada en Periodismo, pronto tuvo claro que quería ser actriz, y lo logró muy joven participando en series tan famosas como Física o Química, Yo soy Bea o recientemente el proyecto tan personal de By Ana Milán. En el cine vuelve a encarnar a Victoria de la Vega en la película Camera Café, que retoma la historia de la famosa sitcom que emitió Telecinco entre 2005 y 2009.

¿Cómo ha sido su reencuentro con sus compañeros, 13 años más tarde, y encarnar a Victoria de la Vega?

Yo a la mayoría de mis compañeros los he visto bastante a menudo, así que el reencuentro casi era: «Ey, ¿qué pasa?», porque de esos años en Camera café salimos un grupo de amigos. Y reencontrarme con mi personaje fue muy bonito porque Victoria estaba esperándome como la dejé hace 13 años. Nada ella se ha arrugado ni cambiado. 

Su personaje es la complicada de la oficina. ¿Esta faceta de ser tan competitiva le gusta? 

Me ha divertido mucho, pero me llama la atención que se considere la complicada, como tú dices, porque realmente es la única que trabaja y que el resto debería tener esa etiqueta porque son unos vagos. 

¿Hacer de villana es más divertido que hacer de la buena?

Por supuesto, las malas en la ficción han sido siempre infinitamente más divertidas. De hecho, tú, ¿con quién te irías a tomar una copa?, ¿con Blancanieves o con la madrastra? 

Pero en esta cinta, esa enemistad que mantiene tu personaje, una mujer dura, con Quesada, que interpreta Arturo Valls, tiene su miga.

Lo primero que Arturo me dijo cuando nos reencontramos fue: «¡Qué ganas tenía de que me volvieras a insultar! Lo he echado de menos».

Profesionalmente, ¿le debe algo a Victoria? Se ha comentado que a partir de ahí empezó a ser famosa.

No me lo he planteado nunca. Me parece que depende de con quién hables y la edad que tenga. Si hablas con un millennial, te citará mi participación en Paquita Salas, si es alguien de 40 años por Yo soy Bea, y si es más mayor, por Camera Café. 

En uno de sus últimos trabajos sale con su nombre y se expone. ¿Es una mujer arriesgada? Lo parece.

Soy valiente, herencia paterna y materna, pero sobre By Ana Milán me preguntaban si no estaba preocupada por exponerme tanto, y a mí me parece que exponerse es una fortaleza. Intentar ocultarte te hace más débil, más frágil, porque los seres humanos cuando vemos al otro más desnudo nos podemos reconocer en él y la crítica cesa. Creo que somos una sociedad que trata de disimular demasiado. 

¿Cómo lleva usted la popularidad, que le paren en la calle porque la reconocen?

Lo llevo bastante bien. Hay días que me apetece más y otros menos, y hay jornadas que me duele la cabeza y he discutido y ese día lo que quiero es llegar cuanto antes a casa. Pero me encuentro con tanto cariño y amor que no tengo nada más que decir que gracias. Siempre me he sentido muy querida.