Algunos lo verán como un centro para personas dependientes, pero lo que allí se desempeña hace honor a su propio nombre. Es un hogar. Por trato entre trabajadores y residentes, por ayuda al prójimo y por las emociones que se viven entre sus paredes, Hogar 2000 es lo más parecido a una casa para los que allí cuentan con una plaza. En su día, en el año 2005, el centro se inauguró para dar cobijo a personas diagnosticadas con sida, enfermedad causada por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH). Sin embargo, con el paso de los años el centro se ha ido adaptando a los tiempos y ahora acoge a cualquier persona que sea dependiente y no tenga donde ir. 

Actualmente, Hogar 2000 cuenta con 27 residentes, de los cuales, solo siete están infectados de VIH. Esto se debe a que el tratamiento de la enfermedad ha avanzado mucho a lo largo de los años, aunque la coordinadora del centro, Alejandra Serrano, alerta de que «está aumentando el diagnóstico entre la gente joven, y por nuestra experiencia, sobre todo en mujeres», por lo que apuesta por no bajar la guardia.

Alejandra no solo es la coordinadora de Hogar 2000, sino que también ejerce como trabajadora social. Ella revela que los residentes actuales están afectados en su mayoría por problemas de salud mental, algunos con «un deterioro cognitivo importante». Su presencia allí se debe sobre todo a que no tienen familia o si la tienen no quieren saber nada de ellos y «es muy triste que reciban el alta de un Hospital en condiciones de dificultad y no tengan un sitio dónde ir». Por ello, Hogar 2000 les ofrece un lugar donde hospedarse, recuperarse y hasta «lograr una independencia para volver a buscarse la vida fuera de allí, sin que se acomoden».

El hogar que combate el VIH con hospitalidad - Foto: David PérezY es ahí donde también entra en juego la labor de Lorena Aguado, terapeuta ocupacional que desempeña sus labores en el centro. Ella ofrece diversos talleres a los residentes en función de sus perfiles. Unos van más enfocados a desarrollar funciones básicas «como ducharse» y otros hacia su «estimulación cognitiva, habilidades sociales o ejercicio físico».

Los propios pacientes demostraron durante la visita de La Tribuna el buen ambiente que mantienen con los trabajadores del centro. Tras la realización de talleres, estos pasan las horas del día realizando labores de limpieza o de recogida de alguna de las salas, viendo la televisión o jugando a juegos como las tres en raya.